martes, 4 de junio de 2019

207 Cantigas de Santa María


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Un caballero, que era el leal servidor de la Virgen, tenía un hijo a quien amaba profundamente. Un día, otro caballero mató al niño.
 El padre, herido de pena, se apoderó del asesino. Lo llevó al lugar donde habían matado a su hijo. Intentó matar al hombre, pero no pudo.
 El caballero tomó al hombre prisionero y entró en una iglesia. Tan pronto como vio la estatua de la Virgen, lo soltó. La estatua se inclinó y dijo: "Gracias".





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