Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría y
castellanos de alma,
labrados como la tierra y
airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras y
forjados en los yunques torrenciales
de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros,
dueños del hambre, el sudor y el hacha
, reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces
, como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos nos quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que dejaremos
rotos sobre sus espaldas.
Miguel Hernández Gilabert poeta de trinchera.
ResponderEliminar¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?