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miércoles, 18 de septiembre de 2013
sábado, 25 de mayo de 2013
Los artículos de Manuel López.
¿El
Guerrero del Antifaz
Culebrón?
- Las únicas coincidencias serian:
- La presencia de unos personajes más o menos entrañables con la capacidad de calar pronto en el lector/espectador.
- Una historia que lleva a dichos personajes a una situación limite.
- Una técnica narrativa basada en el mencionado uso del "suspense".
- Un argumento ramificado en función de los personajes principales.
- Su emisión/publicación de forma serializada (diaria, semanal, mensual, etc.)
¿Son estos aspectos lo que definen un culebrón o folletín? Si esto es así, culebrones son también El Fugitivo, la saga de Star Wars, los X-men,
El Capitán Trueno, o El Jabato y creemos que a poca gente se le ocurriría agrupar a estos trabajos bajo la misma etiqueta. Otros dirán que lo que hay en éstos son rasgos "folletinescos", pero resulta que tales rasgos ya aparecían en la literatura bastante antes del siglo XIX, el siglo folletinesco por excelencia. Por lo que quizá deberíamos pensar, que lo que se encuentra en El Guerrero del Antifaz son los elementos que desde siempre en cualquier medio y género han hecho una historia medianamente interesante. La relación entre el lector y la historia en El Guerrero del Antifaz tiende a ser mucho más estrecha que en otros cómics. Es muy difícil observar a los personajes a través de una lectura fría y distanciada ya que muy pronto se convierten en algo nuestro gracias a la extraordinaria habilidad para la caracterización que demuestra el autor. Creemos que pocas veces se puede encontrar tal compenetración entre dibujo y guión en lo que se refiere a descripción de caracteres.


Cortesía de Manuel López .
jueves, 4 de abril de 2013
La risa por Manuel López
La Risa, revista de Humor
Capitulo V
La risa Infantil, un injusto olvido
Estas páginas son un homenaje y un recuerdo a una revista, a unos dibujantes y guionistas que de alguna forma llenaron muchas horas de nuestra niñez y de nuestra adolescencia. Quizá no están todos los que fueron, pero si están todos aquellos que dejaron al tipo de huella en nuestro recuerdo
En los albores de la democracia orgánica de los años cuarenta reapareció la revista La Risa, una publicación dedicada a la historieta que alcanzó una gran popularidad. La revista La Risa infantil no es que sea la representante por antonomasia del tebeo humorístico español, la consideración de bueno o malo es algo excesivamente relativo para hablar en términos absolutos pero se caracterizó por su humor blanco, inocente y sencillo.




Nadie tiene porque entrometerse e indicarme su lectura. No descarto nuestra ingenuidad, pero nosotros gozamos introduciéndonos en el mundo de la imaginación, de la fantasía y el ensueño; un mundo lleno de humor y de aventuras.
Con el inicio de la década de los cincuenta se da la consolidación de las revistas de humor, Pulgarcito, Jaimito, La Risa, etc. con material exclusivamente autóctono y que se caracterizaron por la originalidad y una profunda calidad y creatividad.
Algunas de esas publicaciones humorísticas, aunque de manera velada, reflejan en sus historietas la realidad local que el lector reconocía sin dificultad, con alusiones al estraperlo, a la precariedad de la vivienda, etc.

MANUEL LÓPEZ
martes, 12 de febrero de 2013
La risa IV
LA RISA REVISTA DE HUMOR
CAPITULO IV
Nicomedes Camueso

Todas las historietas giran alrededor del personaje principal; de sus argucias para no trabajar, aparentar lo que no se es, ni hace, delante de su novia o de sacarle dinero a su tía. Por tanto no son unas historias con grandes personajes, ni que detrás de sus hechos o pensamientos se escondan grandes ideales ni intereses sino las miserias de un personaje, con unos diálogos y situaciones, sobre todo situaciones, hilarantes
El personaje pasaría a Martínez Osete, que no se queda atrás, ni mucho menos a pesar de lo cuantioso de su producción. El dibujante está en plena forma creativa y así lo demuestran todas las planchas, donde el humor está presente a través del grafismo y no del guión. Es mucho más gracioso lo que nos cuenta sinó como nos lo cuenta.
LA
HISTORIETA Y EL HUMOR NO SE RINDEN
En
los caracteres del gag, influye decisivamente la personalidad del
personaje, siendo como es la expresión de sus relaciones con el
mundo que le rodea. Dicho en otras palabras, antes de hacernos reír,
el persona je nos propone un universo, del cual nace su comicidad
específica.

Sus características se pueden ordenar, clasificar y etiquetar, a la manera en que -si se nos permite la imagen- al degustar un buen vino o un guiso bien condimentado cabe determinar y valorar la calidad, el sabor y el aroma.
Puede ser que, según algunos pensadores, a finales del Siglo XX haya llegado también «el fin de la historia». Pero no el fin de la historieta. Y mucho menos el fin del humor.
Para demostrar que todavía, escribimos, soñamos, nos reímos y queremos que nuestros lectores se rían, seguimos nuestro recorrido por el semanaria La Risa, donde dos los autores más significativos de nuestra posguerra nos conducen por el mundo onírico de Nicomedes Camueso encerrado en los cuadritos de tinta y papel. Mucho se ha hablado de las distintas publicaciones de humor posbélicas, pero poco de La Risa y aún menos a su favor. Nadie ignora que el circuito productor-artículo- consumidor genera penosas injusticias.Esta manipulación del mercado no la sufre sólo la historieta: el cine, la literatura, la música, la plástica y el teatro no logran soslayar estos mecanismos comerciales.
Y por ello quiero reivindicar esta publicación que entre sus páginas más valiosas, merecen destacarse las realizadas por Emilio Boix y Juan Martínez Osete.
Sueños de
historieta
Si como se ha señalado por parte de diversos estudiosos
de la historieta, es en el contexto frenético de cambios de los años
30 es donde debemos situar la cúspide de la evolución del tebeo, en
los que las revistas La Risa Infantil y Rin-Tin-Tin al organizar la
renovación total de las historietas de aventuras, despertaron a la
competencia con la actualización del grafismo, la invención de un
nuevo lenguaje expresivo de las historietas, el total predominio de
las mismas y la potenciación de las aventuras gracias a los guiones
de Canellas Casals.Los años 40/60 fueron testigos del esfuerzo de diversos creadores por sacar adelante la expresión de este arte tan devaluado conocido como historieta. Jóvenes y veteranos se fusionaron rescatando la tradición que otrora (anteguerra) tuvo el país en este campo, para un mercado naciente que la consumió en cadena, expandiéndose muy rápidamente a través de las principales ciudades del país.
Sin embargo, no todas fueron rosas. En la mayoría de los casos fue una experiencia llena de obstáculos. Por solo citar algunos, podríamos referirnos a la falta de compensación económica, limitados medios técnicos, y, quizás el más duro de sortear, la mirada inquisidora de la censura del franquismo, cuyo régimen, dictatorial, controló totalmente la libertad creadora
A pesar de todo, la historieta supo reponerse y hacerse el hueco divulgativo que le corresponde con nuevos modelos, contenidos y recursos estilísticos que se plasmaran en la historieta o el tebeo de la posguerra. Un tebeo donde la diversidad de los temas conforman un universo creativo que hará las delicias de los niños y de los no tan niños. Publicaciones como TBO, Pulgarcito y La Risa recobran vida y cuentan sus historias. Éramos niños y teníamos el alma llena de aventuras y de sueños de historieta.
Lo cierto es que la historieta contribuyó, como educadora informal, a desarrollar la imaginación y a proporcionar placeres estéticos que no cesaron de perfeccionarse. Sin caer en la vulgaridad, consiguió distraernos y expansionarnos. Un algo superficial, fácil, alegre y chistoso.
En aquellos años, en los quioscos veías muchas colecciones de tebeos: El Guerrero del Antifaz, El Capitán Marvel, El Capitán Coraje, Pulgarcito, La Risa, Nicolás, y un larguísimo etcétera. Ahora pasas por los quioscos y sólo ves "las capitanas Obregón, Rociíto y demás ralea de famosillas y famosillos de turno".
El tebeo era un medio privilegiado porque, de paso, nos acercó a la lectura, nos familiariza con los libros, con el papel, con la imagen. El lenguaje de la historieta sirve para aprender a encontrar semejanzas y diferencias entre esos lenguajes.

Cuantas sonrisas les debe nuestra infancia a esas publicaciones infantiles: TBO, Pulgarcito, Jaimito, Pumby, Nicolás, La Risa Infantil y tantas otras…….. ¡Gracias, Gracias a todas! y en espacial a La Risa que es la que hemos querido traer a estas páginas.
Manuel
López
domingo, 20 de enero de 2013
La risa III
La
Risa, revista
de Humor
Capitulo
III
A
partir del número 74, Martínez Osete, (uno de los dibujantes más
admirados y queridos por el mundo de la historieta posbélica, un
creador humilde que llenó de felicidad a miles y miles de lectores
de nuestra piel de toro), se hará cargo de Nicomedes
Camueso
y Nicrostato
Mochales y
de
Bob-Ayna y Pat-Acon, con
guiones de Bech y propios. Hay buena comunicación entre ambos, casi
se complementan, hay momentos en las historietas en que se reconoce
el humor de E. Boix, sobre todo en la resolución de algunos gags.
Asombro
en la ruptura de la técnica a las que hasta ahora Martínez
Osete nos había permitido asomarnos, con la incorporación de un
estilo cercano al de Emilio Boix en un ejercicio de permanente
experimentación. Muestra palpable de la capacidad de Martínez Osete
de sobrepasar sus propios límites, y largamente. Muestra de su
indudable multiplicidad.
Multiplicidad en las infinitas
variantes que introduce a su grafismo y que ha sido una constante y
es sello inconfundible de su obra.
Según los cánones debería ser
la resolución a estas líneas, pero podemos anunciarlo ya de buenas
a primeras: el trabajo de Martínez Osete, están a la altura de su
predecesor, te brinda a los personajes como amigos ya conocidos, con
historias que progresan, crecen y explosionan en un mundo de papel y
tinta.

Nicrostato
Mochales,
por ejemplo, se acentúa, si cabe, como el personaje catas-trófico
que es, en
sus historias los porrazos, tor-tazos siguen abundando por doquier,
provocando
la diversión del lector.
Martínez
Osete fue un digno sucesor de Emilio Boix y no solo en el
semanario, sino en otras publicaciones de la Editorial Marco, entre
ellas la de
Hipo Monito y Fifí.
Mitos
de Papel
"La
Risa Infantil"
Durante
más de dos décadas, la historieta autóctona gobernó en silencio
los hábitos culturales de millones de españoles".
Por
eso nos hemos remitido a uno de esos tebeos, a modo de recordatorio,
donde nos remiten esas imágenes... El
desconocimiento de nuestra historieta, a falta de un estudio serio,
es evidente. Otro problema, extrapolable a todo el estado español,
es el desconocimiento de lo que significa la historieta. Se suele
clasificarla como un producto para niños.
La
Risa
no fue una publicacón exclusivamente infantil, fue leída por todo
tipo de público, desde niños, adolescentes, adultos, hombres y
mujeres.
La
Risa
tenía un toque de simpleza e imaginación que en vez de impactar,
seducía. Esta es la clave. Que no haya estridencia, la fascinación
proviene de la sencillez.
No
hemos pretendido hacer erudición en estas páginas sobre La
Risa Infantil,
porque no somos estudiosos del tema, sí somos "degustadores".
¿Pero a cuento de qué os
contamos todo eso?, nos da igual que estéis de acuerdo no, pero
queríamos describir algo que vivimos intensamente.
En
resumen, fueron significativas la cantidad y calidad de muchas de las
revistas de humor que se publicaron en esos años.
Confundir
al lector
En
estos momentos el tebeo es el único medio de comunicación de masas
que ha dejado de serlo para convertirse en minoritario, desplazo de
las prioridades infantiles y adolescentes por la televisión,
la consola o por cualquier otra cosa. En los últimos años el tebeo
ha sufrido una notable transformación, desapareciendo prácticamente
de los Kioscos, es el gran marginado de los mismos.
Por
ello haciendo una valoración del pasado, con algunas especulaciones
sobre el momento actual de los tebeos, nos encontramos que en los
años cincuenta se consolidó una puerta de ingreso al mundo del
tebeo y un filón para las editoriales, que marcó a toda una
generación de lectores y autores. Con un importantísimo auge del
formato revista que se multiplican como las setas. Los cuadernos de
aventuras pasaron también a ser familia numerosa. En la actualidad,
la familia numerosa esta conformada por las revistas y fanzines
especializados, de breve vida en la mayoría de los casos, como si
los pocos lectores de tebeos que quedan se hayan convertido en
expertos críticos del medio. Se publican páginas y páginas con
estudios y opiniones en las que, en la mayoría de los casos, es
imprescindible lo que les gusta y porquería todo lo que nos le va,
confundiendo así al lector, especialmente al neófito...
Hablo
también de lo que me gusta, este es el criterio y quizá este sea
uno de miss puntos débiles en el que se puedan aferrar esos que
siempre critican la que otros hacen.
Pero
pensamos que existe una diferencia básica
entre de lo que yo hablo y muchas de esos escritos, y es la de que yo
no puedo confundir a lector alguno, ya que hablo de unos tebeos que,
desgraciadamente, ya no se publican, ello no es óbice para que sea
plenamente conscientes de que el tebeo ha pasado la infancia y la
adolescencia en el siglo XX, llegando a un cierto grado de madurez.
No, no me he quedado anclado en el pasado, pero esto no quiere decir
que no se pueda hacer una valoración de éste. Yo, intento una
reflexión sobre el aspecto creativo y temático de los tebeos de mi
infancia.
Ciertamente nos resulta difícil
deslindar el primer gusto por la lectura del descubrimiento de los
tebeos.Para sus detractores, es fácil
constatar que es muy difícil (por no decir imposible) encontrar en
los tebeos la prosa de un Delibes, un García Márquez, un Borges o
un Cela, por poner sólo ejemplos indiscutibles. En los tebeos hay
que buscar otra cosa.
La función
social de la historieta es el entretenimiento, la recreación, que el
lector satisfaga su ansiedad de ser motivado para gozar en forma
fácil y sin complicaciones, de una evasión temporal de las
permanentes presiones del trabajo, el estudio y la disciplina social.
La
historieta de posguerra, ha sido el eco de la inquietud vibrante de
una clase social que no tenia forma de expresarse; la interpretación
de sus sueños y esperanzas; la risa espontánea y sincera de quienes
buscaban una luz y una satisfacción mínima en medio de su
existencia llena de angustias".
La
fascinación que nos producían aquellos tebeos, el hipnotismo que
esas mismos tebeos nos construían, facilitaron que, ni por un
instante, nos cuestionáramos las carencias que padecíamos
La Risa es una de aquellas
muchas publicaciones que, en una época de penurias, nos ofreció un
humor alegre y desenfadado. Su lectura se transformaba en un
extraordinario antídoto contra la desmoralización y la
desesperanza.
Errantes, solitarios y
desconfiados pasean, hoy, los antiguos tebeos, sin ningún oído que
les escuche, y eso pese al esfuerzo que realizaron por ofrecernos
horas y horas de divertida evasión.
Hoy vivimos en una sociedad, "en
la que tener una opinión formada es repetir la última reseña
transmitida por cualquiera de las revistas del medio
Toda
esta actitud posibilita que hasta surjan nuevos publicaciones que no
son sino más de los mismo. Aprender a ser críticos, se ha
convertido en una sutil manera de defender el más puro relativismo;
en el fondo de cualquiera de las publicaciones de este estilo subyace
la idea de que
nada es verdadero o falso de manera absoluta , todo depende del vista de cada uno .
¿De que se habla en la calle?
Pues incorporemos un correo de los lectores. Así funciona los mass
media. Da igual que el tema elegido sea los superhéroes, el manga o
el tebeo europeo. Todo es opinable. Montar un correo de este estilo
es fácil: basta invitar a escribir a los lectores, que unos
defiendan y otros ataquen
Si
vivimos en
sociedades dónde crece la subjetividad, y con esta crece la
necesidad para muchos
individuos
de reafirmar y mostrar su identidad, dando a conocer por correo sus
gustos y
sus fobias. No nos debe extrañar que triunfe los tebeos del "star
system "
Los tebeos de superhéroes, son
un discurso envuelto, embasado y etiquetado de forma apetecible.
El
tebeo de producción española ocupó en aquellos años un lugar de
honor poniendo al alcance de todos los bolsillos materias tan
impagables, en época de escasez, como ilusión y entretenimiento
cultura. Y
si nos apuran, incluso, cultura.
MANUEL LÓPEZ.
Muchas gracias , Manuel . Excelente.
sábado, 24 de noviembre de 2012
La risa II parte. Manuel López
Los lectores de aquellos años acudíamos a
la Risa en busca de personajes que, junto a otros, nos ayudaron a paliar la
miseria cultural de un país hundido en la estulticia oficialmente programada por
la dictadura. Fue nuestra muralla protectora
Está comprobado que abundan los lectores y especialistas en historieta literatura que subordinan, que sólo valoran en una obra sus aspectos histórico-sociólogos y que jamás analizarían a un autor o publicación fuera de esas premisas. A La Risa le han endilgado los peores lugares comunes del género. En algunos casos, esas aseveraciones riñen con la verdad y carecen de objetividad.
¿Por qué? ¿Hay algo de malo en preferir a La Risa frente a Pulgarcito? De la misma manera que se puede escoger entre Jaimito y Pumby, o entre Paseo Infantil o Nicolás. Con ello no pretendemos decir que La Risa nos guste más o menos que las otras citadas, todo lo contrario y, en este sentido, comparar a La Risa con Pulgarcito (por ejemplo) puede resultar un ejercicio peligroso (por decir lo menos) y, en este caso, sólo nos queda la hidalguía de reconocer las notables diferencias que van desde una a la otra en los intereses temáticos de cada publicación. En Pulgarcito el carácter lúdico de sus historietas esconde -sin embargo- una visión amarga de la mayoría de los temas que tocan en coherencia con su contenido (dificultad por establecer relaciones sexuales, crisis de la pareja, enfrentamiento generacional...) De alguna manera, hizo escuela. Mientras que la comicidad en
La Risa fue una de las cartas triunfadoras de esta publicación desde sus primeros años. De los filmes de policías y ladrones de la Keystone a las peripecias cómico-patéticas de Chaplin, o las aventuras y desventuras de Laurel y Hardy fueron el ingrediente esencial de La Risa.
La Risa, en esta su segunda etapa, se sustentó en Emilio Boix, creador indiscutible y genio de la historieta cómica cuya influencia marcó la posterior carrera de muchos de los humoristas de nuestro tebeo.
A quienes le siguieron, y a todos ellos, están dedicadas estas páginas. Algunos de los más grandes historietistas cómicos de nuestros Tebeos. Muchas gracias a todos por los momentos tan felices que nos habéis hecho pasar.
Uno
de los elementos distintivos de esta publicación, es que consiguió aglutinar
diferentes generaciones, ampliando el número potencial de lectores y asegurando
la continuación del medio que siempre parece estar en una fase critica.
Hoy la mayoría de estos autores se han retirado o han desaparecido, sería el momento de hacer un repaso a todo un estilo de hacer tebeos que generó un gran movimiento social y económico a su alrededor.Desgraciadamente en nuestro país, la historieta no es considerada cultura.Nuestro gobierno (nuestros dirigentes, en realidad) debieran comprender la importancia de la historieta como medio de aprehensión más inmediata de toda una época, y difundir nuestra riquísima historia tebeistica.
Evidentemente, todo ese riquísimo material está casi perdido. Ignoramos si las Bibliotecas Nacionales que suelen tener como misión guardar ejemplares de todo lo publicado cuentan con hemerotecas de este género. Pero en general el material que era propiedad de editoriales que han cesado se ha perdido. Aquel que era muy valioso y redituable seguramente se ha vendido a Europa. Hasta la invención de la fotocopia de calidad los dibujantes solían perder para siempre sus trabajos. Pero, más allá de la conciencia de esta evidente popularidad del tebeo en el contexto de nuestro país durante el período de anteguerra, poco o nada se ha avanzado hacia la comprensión global del papel jugado por aquéllos pioneros de la historieta española.Una vez más, nos hemos dejado llevar por las mil y una divagación sobre lo que debiera y sobre lo que es.Así que vamos a retomar el tema que motivaban estas líneas.
La Risa 2ª época
Una de las peores cosas que puede pasarle a cualquier publicación es tener que luchar contra unas expectativas preconcebidas. Algo así le sucede a "La Risa", que inevitablemente carga con la rémora de la comparación con "Pulgarcito o Nicolás", con las que compartió dibujantes.
Sin embargo, aunque las posibles coincidencias con "Pulgarcito y Nicolás" existen, no es menos cierto que "La Risa" es capaz de conseguir. "La Risa" es un tebeo interesante, mantiene un ritmo sostenido y guiños al cine mudo que constantemente apelan a los lectores
Se ha dicho que cuando todo el mundo crítica un tebeo hay que desconfiar y cuando todo el mundo elogia un tebeo hay que desconfiar. Y aunque no es la primera vez que traemos a colación esta perogrullada tampoco será la última mientras nos ocupemos de tebeos como La Risa, que si bien no es un tebeo perfecto, si que es una buena tebeo, pero no ha tenido demasiada buena prensa
Dicen algunos estudiosos que «lo popular» es una fábula. Bien intencionada y todo pero fábula nada más. Aún hoy a pesar de las trastabilladas, todavía se pueden descorrer cortinas amables hacia la ventana de lo popular, melancólico si se quiere, pero que a veces reconforta.
No pretendo, y eso es obvio, volver a unas raíces peligrosamente museográficas. La crisis de identidad nacional de nuestra historieta es más grave y no se cura con patriotismos nostálgicos. Los tebeos actuales requieren de dosis de criterios y critica, saber apropiarnos de lo global sin diluirnos en la coca cola.
Atrás quedan, para siempre, los años gloriosos de unas historietas en las que ¡Ni están todos los que Son, ni Son todos los que Están!
Al hablar del contenido de un tebeo sin adquirir plena conciencia de que lo que todo tebeo exhibe es, para decirlo de algún modo, pecar de la mayor ingenuidad; es suponer que la realidad que exhibe el tebeo es un recorte de la "realidad"
Por todo lo antes dicho, analizar con pertinencia un tebeo requiere hablar de su lenguaje -tanto como, por ejemplo, hablar de la novela requiere del conocimiento reflexivo de la lengua escrita- de sus posibilidades significantes, de sus vericuetos, de sus alcances y sus convenciones. Todo discurso analítico sobre el tebeo debe comenzar por preguntarse, con detenimiento, cómo está constituido su lenguaje.
De Emilio Boix ya nos hemos ocupado en alguna otra ocasión por lo que me limitare a subrayar que las historietas de E. Boix, no pierden nunca de vista el objetivo principal de hacer reír.
La historieta aquí reproducida, es un compendio de las virtudes de Boix. En sólo unas viñetas consigue reunir una serie de gags de lo más conseguidos. Todas las historietas de Boix, admiten ser disfrutadas en diferentes niveles, la puesta en escena y una estructura narrativa que justifica la inclusión de los disparates más delirantes
Humor blanco pero inteligente
Fue en el semanal "La Risa" donde nacería Bob-Ayna y Patacón, personajes que se conformarían como unos de las mejores de la revista y cuyas aventuras solían ser una sucesión gags visuales. Las aventuras de nuestros protagonistas, ofrecen al lector mucho más que una página humorística o un chiste verbal y visual. En sus páginas se busca y se halla una acción trepidante, de un ritmo cinematográfico, siempre adornado con ese humor tan peculiar del autor, un humor blanco, sano, inocente. Se trata, pues, de una obra cercana al absurdo y de una sencillez narrativa claramente surrealista que encaje perfectamente en el dominio lingüístico del lector de cualquier edad.

Muy adecuado a este tono general es el grafismo de Martínez Osete, (que se hizo cargo de los personajes), claro, sencillo y atractivo, con abundantes gags con acertados logros visuales. Son las virtudes de una aparentemente sencilla linealidad. Una sonrisa ingenua, y trasnochada si se quiere, es la que nos ofrecen ahora aquellas viejas historietas de Bob-Ayna y Patacón, de indudables aciertos estéticos, ello sin descuidar el endiablado ritmo narrativo que Boix/Martínez imponen a las aventuras de sus protagonistas, siempre moviéndose de aquí para allá, puestos al servicio de la imaginación y del deseo del puro disfrute utilizando hábiles y eficaces, recursos.
Bob-Ayna y Patacón, dos soldados de las fuerzas de los Estados Unidos que se ven en las más insospechadas situaciones. Frente al dinamismo, locura y endiablado ritmo de E. Boix, Martínez Osete aportó una comedia mucho más pausada.
Atrás quedaba una época dorada; Editorial Marco no será capaz de superar la competencia que supone Bruguera lo que conllevó el cierre de la Risa, despidiéndose, ésta, del quiosco con más pena que gloria. La Risa no supo adaptarse a las situaciones cambiantes de los gustos juveniles pero, indudablemente, forma parte irrenunciable de nuestro patrimonio cultural colectivo.
Volviendo
la vista atrás
La vida de cualquier persona está llena de momentos intranscendentales, que no implican un antes y un después relevante, ni tan sólo un mínimo cambio en ningún aspecto. Lo aceptamos como una realidad ineludible y, aún que de forma individual cada uno de estos momentos parece que no nos aporta nada, al cabo de los meses, quizá de los años, en conjunto y cuando lo vemos con tanta perspectiva como sin prejuicios, descubrimos que sí que han sido sucesos que nos han condicionado de alguna manera. Una de las épocas más llenas de momentos estúpidos es la adolescencia y, paradójicamente, también es un pozo donde, posteriormente, sacaremos muchas facetas de nuestro carácter.
Volviendo la vista atrás, surge una de los más agradables momentos de aquella adolescencia: la lectura de tebeos. Reconozco que siento admiración por los tebeos posbélicos y que me duele que los niños y adolescentes no lean más que mangas y superhéroes, es decir tebeos que no son ni españoles ni europeos, donde pienso que existe una mayor variedad temática y estilística.
La Risa es un tipo de tebeo que alegró la vida al lector, que nos hizo pasar muy buenos ratos, especialmente con Bob-Ayna y Pat-Acón, personajes que solían desencadenar una serie de situaciones graciosas que conseguían arrancarnos una carcajada sana, de aquellas que tanta falta nos hacían en aquellos tiempos.
Juan Martínez
Osete
Muchos autores que hace unos años eran conocidos y reconocidos por el aficionado, hoy en día tienen el nombre y la obra llena de polvo porque han estado abandonados a la desmemoria. Se podría creer que el grado de olvido es proporcional a la calidad de su obra, pero seria caer en un grave error aplicarlo a un autor como Juan Martínez Osete, quien fuera uno de los autores preferidos del aficionado de los años 50/70.
El hecho de heredar los personajes de Emilio Boix sin que se nota, se ha de tener en cuenta como una magnifica muestra de la categoría como historietista de Martínez Osete, quien sin renunciar del trazo que le caracterizaba desde sus inicios, fue depurando su estilo hasta llegar a un grado de perfección formal muy elevado. Los personajes de Emilio Boix marcaron una inflexión importante en la trayectoria artística del autor.
No es un autor de temáticas rebimbombantes, ni de escenografías exageradas. Coges un tebeo, lo hojeas, y no encuentras ninguna viñeta espectacular. Por contra, observas que todo está en su sitio, perfectamente equilibrado, sin disonancias. Este es el más importante valor de Martínez Osete: su capacidad para mover con naturalidad sus personajes.
El dibujo puede parecer simple, infantil, pero estamos delante de un autor con una gran capacidad de síntesis y con un gran talento humorístico, que dibujó regularmente durante décadas. Las aventuras bélicas de Bob-Ayna y Pat-Acón de Martínez Osete, son unas de las historietas más hilarantes de la época, con unos gags excelentes fruto de un buen guión (muchos de ellos de Carlos Bech).
Muchos autores que hace unos años eran conocidos y reconocidos por el aficionado, hoy en día tienen el nombre y la obra llena de polvo porque han estado abandonados a la desmemoria. Se podría creer que el grado de olvido es proporcional a la calidad de su obra, pero seria caer en un grave error aplicarlo a un autor como Juan Martínez Osete, quien fuera uno de los autores preferidos del aficionado de los años 50/70.
El hecho de heredar los personajes de Emilio Boix sin que se nota, se ha de tener en cuenta como una magnifica muestra de la categoría como historietista de Martínez Osete, quien sin renunciar del trazo que le caracterizaba desde sus inicios, fue depurando su estilo hasta llegar a un grado de perfección formal muy elevado. Los personajes de Emilio Boix marcaron una inflexión importante en la trayectoria artística del autor.
No es un autor de temáticas rebimbombantes, ni de escenografías exageradas. Coges un tebeo, lo hojeas, y no encuentras ninguna viñeta espectacular. Por contra, observas que todo está en su sitio, perfectamente equilibrado, sin disonancias. Este es el más importante valor de Martínez Osete: su capacidad para mover con naturalidad sus personajes.
El dibujo puede parecer simple, infantil, pero estamos delante de un autor con una gran capacidad de síntesis y con un gran talento humorístico, que dibujó regularmente durante décadas. Las aventuras bélicas de Bob-Ayna y Pat-Acón de Martínez Osete, son unas de las historietas más hilarantes de la época, con unos gags excelentes fruto de un buen guión (muchos de ellos de Carlos Bech).
domingo, 4 de noviembre de 2012
La risa por MLP

La
Risa, revista
de Humor
Capitulo
I
A modo de introducción
Bienvenido
a este nuevo número
de El Boletín. En el que les brindo la posibilidad de reencuentro
con una de las publicaciones de humor más populares de los años 50:
La
Risa, aunque
(en los distintos capítulos) sólo trataremos de la que se denominó
como segunda época.
Tal
vez usted no la conozca absolutamente de nada. Quizá nunca haya
escuchado su nombre ni el de los dibujantes que colaboraron. Puede
que nunca haya visto un sólo número de la revista, pero para el
lector de las décadas señaladas, La
Risa
y muchos de sus colaboradores, son elementos de grato recuerdo.
Lo
primero que debo decir para no dar lugar a equívocos, es que
reconozco que siento cierta debilidad por algunos de los autores de
La
Risa,
en concreto por los E.
Boix,
Martínez
Osete,
Ayné,
Darnis,
y algún otro que no relacionamos por no hacer interminable la
relación de ellos.
La
verdad es que no tengo muy claro de donde me viene esa predilección:
¿quizá por la trivialidad y sencillez de sus historietas o por el
peculiar estilo de dibujo de sus principales colaboradores?.
Analizando la cuestión con detenimiento, existen razones más que
suficientes por las que deba destacarse a La
Risa
aunque aparentemente no difiera, en lo esencial de las
características generales de algunas de sus compañeras: Jaimito,
TBO,
Paseo
Infantil
……Existe una serie de constantes en La Risa que no sólo sirven como denominador común para todo el material que aparece en el semanal, sino que además lo diferencia nítidamente de otro tipo de productos: Pulgarcito, Nicolás.Con toda esta disertación preliminar no pretendo sino resaltar que La Risa, a pesar de sus defectos, es un producto con suficientes puntos de interés como para justificar el acercamiento del lector.
Sobre
análisis….
más
o menos objetivos
Lamentablemente
en nuestro país el término historieta ha quedado relegado, y casi
maldito, a favor del extranjerismo cómic, fue en los años de la
llamada Transición en las que para diferenciar
el antes
del después,
y en un alarde de desmemoria histórica, se desterró el clásico
término historieta
para sustituirlo por el de cómic
y tebeo
por
el más respetable de revista.
Quizá
resulte
repetitivo, pero quiero recordar que el punto de vista de mis reseñas
son las de lector y no de profesional. Por ello, se intenta siempre
respetar a los autores de los trabajos reseñados no cuestionando su
profesionalidad, que es, para mí, altamente respetable.

En
mis colaboraciones para el Boletín, aparecen paulatinamente
comentarios sobre aquellos tebeos que de una forma u otra me han
marcado. Por lo que debe advertirse que todo es, obviamente, desde el
punto de vista del que suscribe el artículo, y que, además, en este
caso, la percepción del tebeo comentado puede verse seriamente
afectada por la nostalgia o los recuerdos de otros tiempos, con lo
que el análisis más o menos objetivo del mismo será matizado por
dicha nostalgia, ya que cuando me embarqué en este trabajo, fue con
la intención de recuperar y dar a conocer las historietas y
personajes que recordaba de mi infancia y adolescencia.
La
Risa,
Un
tebeo popular
Algo, aparentemente, tan
sencillo como unos dibujos impresos se ha convertido, hace ahora más
de 100 años, en algo tan valioso como es la historieta. Durante
estos más de 100 años, la historieta ha desarrollado la imaginación
y la creatividad de miles de personas que sentían, y se sienten,
identificados con este medio de comunicación.
En
España los inicios de la historieta fue allá por 1904, en la
publicación "En
Petufet"
de Barcelona y el suplemento de "Gente
Menuda"
del diario ABC
en 1906. Algunas de las revistas, entre otras, más importantes han
sido: TBO,
Pulgarcito,
Jaimito,
DDT
y Tío
Vivo.
La historieta se convirtió en
un género popular desde las páginas de las numerosas publicaciones
específicas del género. Sus personajes, que protagonizaban las
situaciones más dramáticas o ridículas, cautivaron a cientos de
miles de personas.
Con
estas líneas pretendo dar a conocer a una de esas publicaciones: La
Risa
y a algunos de sus colaboradores. Dibujantes que, la gran mayoría
de ellos, son desconocidos por los lectores de
los tebeos actuales.La lectura, hoy, de esos
cuadernos, nos remontan a las andanzas de nuestra juventud, de
nuestras vivencias en uno de aquellos colegios de curas y esa
experiencia, que casi todos hemos vivido, y que solía servir para
conocer la mayoría de las cosas prohibidas. El descubrimiento del
amor y el sexo de la forma en que la mayoría, de esa época, lo
hemos hecho.
Finalizada nuestra Guerra Civil,
poco a poco, se va configurando lo que será una época dorada, en
cuanto a su aceptación, de las revistas de humor infantiles y
juveniles y que duraría hasta mediados de la década de los 60. Las
revistas de humor alcanzaron niveles de venta extraordinarios en esos
oscuros años, en los que la historieta ejerció de catarsis
amortiguadora de la afirmante y gris realidad que presidió la vida
de grandes y pequeños.
En
una época en que la censura impedía hablar de ciertos temas, fue
quizá La
Risa
la revista cuyo humor fuera más blanco, sus personajes eran mucho
más amables que, por ejemplo, los de Pulgarcito.
Aún así, de tocar algún tema conflictivo, éste era desdramatizado
mediante el humor.

Muchas veces, es este árido y
ya tan dilatado periodo que nos separa de los años 40/50, a lo largo
del cual el tebeo infantil ha venido orientando y condenando sus
preferencias con progresiva y alarmante monotonía, ora hacía la
ñoñez ora hacía la violencia, nos hemos preguntado qué habría
sido sin aquellos tebeos de humor.
Puedo
decir, sin el menor asomo de retórica, que el reencuentro con
algunos números de La
Risa,
me devolvió un
tramo perdido de mi
infancia, cuando acurrucado en el portal de cualquier escalera me
sentaba a leer tebeos y cuentos y a soñar prodigios, a los siete, a
los ocho, a los nueve años……
Durante más de dos décadas, la
historieta gobernó en silencio los hábitos culturales de millones
de españoles. La historieta, medio impreso de comunicación masiva
por excelencia, se nos reveló como un instrumento de penetración
que rebasó todos los lugares comunes, y que seguramente tuvo una
capacidad de movilización semejante a la que el proyecto de la
televisión privada ha instrumentado, hoy, en nuestro país.
El
papel de la historieta en la vida cotidiana, la
economía y los hábitos culturales de nuestro país tras la guerra
civil, requiere, desde hace mucho tiempo, de mayor atención y
análisis porque la historieta fue, para muchos, el único alimento
cultural y de esparcimiento al que tuvieron acceso.
La
historieta, pues, no fue solo ese mundo de humor, aventuras,
romances, fantasías, violencia y melodrama que aparecía en las
viñetas, sino que su fuerza se extendió a otros ámbitos. Lo que sí
es claro es que no sólo se trató de un medio de "entretenimiento".
Fue un medio que durante años, funcionó como opción ante la
escasez de lugares de esparcimiento y recreación, que resultaba
más económico que los libros.
Para
entender este fenómeno cultural hay acercarse a él
desprejuiciadamente. La mayoría de las opiniones que se vierten
sobre la historieta se refieren al pobre contenido que éstas
ofrecen. Habría que preguntarse: ¿por qué, estos contenidos? ¿De
dónde y de quiénes venían? ¿Por
qué se leyeron tanto?.
No
tengo respuesta clara para esto, por eso vuelvo ahora a recuperar
uno de los tebeos que leí, un tebeo que he hecho mío, que me
proporcionó ilusión, esperanza y que me fue útil para la vida de
un tiempo gris y autoritario, y que sea el lector actual el que saque
sus propias conclusiones.
Cuando
se escribe la historia de las publicaciones infantiles de humor, se
tiende a seguir una especie de línea recta en la cual sólo caben
las más directamente celebradas en el mundillo, y tiende a obviarse
una inmensa corriente en absoluto desdeñable, de heroicas
publicaciones desarrolladas -al menos en lo relativo a los años
cuarenta/cincuenta- al margen de las emblemáticas Pulgarcito,
Jaimito,
TBO
o
Pumby.
Se olvida, por ejemplo, LA
RISA que
llegó a
conocer
tres series distintas.

En
La
Risa
de la Editorial Marco colaboraron una pléyade grandes autores como
Ayné, Boix, Martínez Osete, Darnís, etc., nombres que ya forman
parte de la historia de la historieta española por derecho propio.
Entre
la diversidad de temas que abordaron los mismos, el humor provocaría
innumerables seguidores ávidos de ese momento de evasión que ofrece
lo satírico y lo burlón, bordado de toques costumbristas y
localistas muy allegados a lo que fueron las primeras historietas
gráficas aparecidas en las primigenias publicaciones humorísticas,
entendidas ya como tales, del panorama historietístico autóctono.
En la España franquista la
desvalorización y desprestigio de la historieta por parte de los
demás sectores de la cultura fue algo vergonzante. Esta
intelectualidad, o pseudointelectualidad, sobre todo la relacionada
con la literatura, consideró el género "bastardo",
"infantil" (lo que revela un profundo desconocimiento del
mismo) y "marginal", indigno siquiera de ser tenido en
cuenta.Los
dibujantes y guionistas nacidos en este suelo tuvieron que luchar
contra eso y, además, con las limitativas presiones gubernamentales
y de las editoriales y aún
así, fueron alcanzando niveles cada vez mas estilizados de
realización y un estilo propio, un estilo español, que convirtió a
la historieta en un género popular desde las páginas de las
numerosas publicaciones específicas del género. Sus personajes
cautivaron a cientos de miles de personas.
El humor en España proliferó
en aquellos tiempos llenos de dificultades A pesar de que el
humorista era un ser casi marginado, salvo honrosas excepciones, las
revistas de humor florecieron y se multiplicaron como los hongos sin
esperar a tiempos mejores. El humor cumplió una gran misión social,
como catarsis de los negros nubarrones que se cernían sobre el
ciudadano medio, era la válvula de escape que transformaba la
desesperanza en esperanza o, al menos, en serenidad.
De estos años han quedado
excelentes logros en el campo de la historieta humorística. Estas
historias suelen ser de corta extensión, una página o menos,
excepcionalmente dos o tres páginas. Si en ocasiones sus temáticas
no dejan de ser sencillas anécdotas de ambiente cotidiano, los
dibujos alcanzarán un estilismo y gracia peculiares.
La
Risa, una de las muchas revistas humorísticas para niños, se
convierte en el gran éxito comercial de la Editorial Marco. Este
enorme interés popular puede entenderse por diversas causas:
ofrece a los lectores un amplio contenido de historietas, su precio
es bajo, y como ya hemos señalado cuenta con un excelente elenco de
autores. La
Risa,
sin caer en la vulgaridad, consigue distraernos y expansionarnos. Un
algo superficial, fácil, alegre y chistoso
Y
es La
Risa
donde pudimos disfrutar del mejor trabajo de uno de los más dotados
artistas del tebeo español, cuyo estilo fue evolucionando y
perfeccionándose, a la vez que desarrollaba un lenguaje gráfico
muy personal: Emilio Boix .Directamente
nos adentramos en la narración, en la composición de la página y
ahí es dónde brilla su genio. Las páginas de Boix
son narrativas en toda su extensión, con un absoluto dominio del
lenguaje gráfico, sorprendiendo en cada número.La
lectura de las historias de Boix
ha sido mucho más estimulante de lo que recordaba. El dibujo puede
parecer simple, infantil, pero estamos delante de un autor con una
gran capacidad de síntesis y con un gran talento humorístico.

De
unos años a esta parte se han reeditado una gran cantidad de tebeos,
de grandes tebeos. No es algo espectacular No se trata de una bomba
que haga que nos demos cuenta del gran potencial que tiene como medio
la historieta clásica, algo que por otra parte está ya más que
superado. No, se trata de algo mucho más sutil, está en un estadio
menor, subterráneo casi. Pero se están recuperando muchos tebeos
buenos y lo que es mucho más importante, de muy diversas temáticas.
Recuerdo cuando compraba tebeos.
Recuerdo cuando los tebeos era nuestro único plato de esparcimiento
y diversión. Puede parecer una tontería, pero somos muchos los
lectores que, todo sea dicho, esperamos con avidez el que alguien se
decida a reeditar esos semanarios. Eran unos tebeos estupendos y
pusieron el listón muy alto, y muy pocos artistas actuales pueden
rebasarlo o como poco igualarlo

Sus
páginas desencadenan
una serie de situaciones graciosas que llega a conseguir arrancarnos
una risa sana, de estas que tan a menudo nos hacen tanta falta.
Queremos más tebeos como este
No somos unos estudiosos o
entendidos del genero para hacer afirmaciones. Nos limitamos a
dejarnos llevar por nuestro instinto. Las gentes de nuestra edad
hemos aprendido a leer con los Hipo, Monito y Fifí, Carpanta, Pumby,
El guerrero del antifaz, Juan Centella o Roberto Alcázar y Pedrín y
muchos otros.
Pero….
doctores tiene esta iglesia, como todas las iglesias, y yo me limito
a expresar la admiración que me han suscitado estas páginas que
ahora dejo en manos del lector; con la recomendación implícita de
que tenga en cuenta como era el panorama español de los tebeos en la
España
Una,
Grande
y Libre;
eran los años de la "autarquía económica, del
intervencionismo estatal sobre literatura, cine e historieta".
Con
el mercado negro funcionando a todo vapor. El racionamiento no se
levantará hasta 1952. El turismo y los bikinis estaban muy lejos de
la reserva
espiritual de Occidente.
Cuando
la historieta
española
se pusode
largo
Década
de los 50. En ese marco, las revistas cómicas y de aventuras van
afianzando su presencia en el mercado editorial. Ase multiplican las
publicaciones con suerte diversa. El éxito de las historietas
nacionales en detrimento de los tebeos
particularmente norteamericanos y europeos aumenta la demanda de
dibujantes y guionistas.
A
finales de los años 60 empiezan a declinar las ventas. Y después:
el silencio. ¿Qué había pasado? El auge de las importaciones
agrede la producción local, incluyendo a la industria editorial,
acción combinada con cierta modernización
de la cultura basada en modelos
universales
de procedencia bien definida. Pero otro hecho clave vinculado
estrechamente a lo anterior contribuye al retroceso del tebeo
español:
el avance de la televisión. A
esta competencia arrolladora hay que sumarle la indiferencia y a
veces el desprecio que
sectores
consumidores de cultura literaria sintieron por la historieta, a la
que consideraban un
género menor, reduciéndola a un divertimento para infradotados.
Porqué, si divierte, si entretiene, no puede ser algo serio. Si lo
lee todo el mundo, no puede ser bueno. Pero no es difícil adivinar
por debajo de esta obsesión contendista, una profunda desconfianza
por lo popular.
Hasta aquí, la historia, los
datos anecdóticos. El tebeo (como el cine o la televisión) es,
básicamente, el escenario de una mezcla. Una mezcla de géneros,
estilos, recursos y estrategias, que no persigue, necesariamente, la
obtención de un efecto estético, ni pretende circular como un
valor, ni monumentalizarse como un fetiche.
El
material exhibido ejemplifica el desarrollo de unas publicaciones,
que tuvieron uno de sus niveles más interesantes de desarrollo
gráfico en los años posteriores a la Guerra, y que crearon sus
personajes más populares justo durante el periodo en que más se
vieron constreñidas sus posibilidades creativas: la
dictadura de Franco.
Manuel López

Cada
individuo tiene su edad
de oro
de la fantasía: el periodo de su desarrollo en el que entra en
contacto con el mundo de la imaginación y que puebla con los mitos
existentes en tal lapso de tiempo. Nuestra edad
de oro
se sitúa entre 1948 y 1958, con lecturas retrospectivas, lo que
quiere decir que nuestros héroes eran
"El
Guerrero del Antifaz", "El Hombre de Piedra", "El
Pequeño Luchador", "El Inspector Dan", "El
Capitán Coraje", "Rayo Kit", "El Jinete
Fantasma", “El Cachorro”, “El Capitán Trueno” etc., en
medida bastante menor, "El Jabato", "Roberto Alcázar
y Pedrín" …… Y en cuanto a semanarios "Pulgarcito",
"Jaimito", "Nicolás", "La Risa", y el
inmortal "TBO"
Debo
confesar que la duda me asalta al afrontar la tarea que me he
encomendado: Intentar la aproximación a una de las revistas
infantiles que compitió con las populares "Pulgarcito" y
"Jaimito": La
Risa Infantil,
una publicación que forma parte de una preciosa e irrepetible etapa
del tebeo español. ¿He de escribir, a modo de reseña, un breviario
crítico sobre lo que harían falta varios libros y documentados y
sesudos estudios para desarrollarlos, cosa para lo que no tengo
tiempo ni capacidad? Así qué me limitare a homenajear a esa
revista y a algunos de sus personajes
y autores en particular. Pese a la inmediatez de cada una de las
reseñas de que se compone este número, con las historietas que se
reproducen, podremos verificar, como ha señalado Jesús
Cuadrado,
que
los autores de antaño, no hacían un chiste, hacían una página
bestial que tenía un chiste,
lo que hacían era un planteamiento gráfico, una puesta en escena
salvaje, brillante, exquisita. Los clásicos dibujaban, sabían crear
atmósferas.

No
creo que se pueda hablar de una publicación a recuperar, porque me
gustaría pensar que nunca se ha perdido. Pero si es cierto que es un
trabajo a descubrir por muchos, una muestra de lo que fue la
historieta de los 40/60. Son unas historietas de humor, mucho humor.
Manuel López
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