domingo, 15 de enero de 2017

054 Cantigas de Santa María. Cister






Un monje observaba obedientemente las horas canónicas y se dedicaba a la Virgen. Estaba afligido por una enfermedad de la garganta que le hacía hincharse la cara y la garganta.
 No podía tragar comida y las llagas "olían peor que un cadáver". Los otros monjes, pensando que su muerte era inminente, decidieron realizar los últimos ritos. La Virgen se le apareció al monje y limpió sus llagas con una servilleta. Ella roció la leche de sus pechos en la boca y la cara del monje y su tez despejó. La Virgen aseguró al monje que ella había venido para curarlo y le prometió que cuando él muriera él iría al paraíso (encendido: "donde está St Catherine"). Luego se fue. El monje que había estado enfermo se levantó y los otros monjes se reunieron para maravillarse de su milagrosa cura.






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