lunes, 3 de julio de 2017

096 Cantigas de Santa María





Un hombre trató de complacer a la Virgen, pero descuidó confesar sus pecados.
 Un día, cuando pasaba por algunas montañas, los ladrones lo atacaron. Le decapitaron y huyeron.
 Cuatro días más tarde, cuando pasaban dos franciscanos, oyeron el cadáver gritar, pidiendo confesión.
 Los frailes se sorprendieron, pero descubrieron el cuerpo con la cabeza milagrosamente unida.
 El hombre les dijo que los ladrones lo habían matado y que los demonios habían intentado quitarle el alma.
 Dijo que la Virgen había vencido a los demonios e hizo que su cabeza fuera reenganchada para que pudiera hacer su confesión.
 Los frailes reunieron una gran multitud y el hombre hizo su confesión. Después, su cabeza inmediatamente separada de su cuerpo y él murió. El pueblo alabó a la Virgen.




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