jueves, 22 de marzo de 2018

149 Cantigas de Santa María





Un sacerdote alemán amaba a la Virgen y decía su misa todos los días, pero tenía dudas sobre la Santa Cena.
 Rezó a la Virgen para aliviar sus dudas. Él comenzó a buscarlo, y tuvo una visión de la Virgen, de pie y sosteniendo al niño Cristo en sus brazos.
 Ella se veía hermosa, pero severa. El sacerdote le suplicó que le diera el anfitrión si lo tenía. La Virgen le dijo que el bebé que sostenía en sus brazos era el anfitrión consagrado.
Cuando terminó de hablar, el sacerdote vio al anfitrión y se lo comió. Rezó a la Virgen para llevarlo al cielo. Cuando murió, los ángeles llevaron su alma allí.




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