viernes, 6 de abril de 2018

151 Cantigas de Santa María





Un sacerdote reverenciaba mucho a la Virgen; ayunó la víspera de sus días festivos y observó los sábados. Sin embargo, él era muy lujurioso y continuó con todo tipo de mujeres.
Una noche visitó a una de sus concubinas. Estaba a punto de acostarse con ella cuando miró por la ventana y vio una iglesia dedicada a María. Salió al patio y luego regresó con la mujer.
Cuando ella le preguntó por qué la había dejado, él explicó que había visto la iglesia. Le ordenó que cerrara las ventanas para esconderlo de la vista.
 Ella abrochó las ventanas y se acostó con el sacerdote, pero una gran ráfaga de viento los abrió. El sacerdote vio la iglesia una vez más.
Dejó a la mujer, confesó sus pecados y se unió a un monasterio. Más tarde, fue falsamente acusado de un robo. Los abades se reunieron para juzgar el caso.
Cuando el monje acusado se arrodilló y dijo "Ave María", la Virgen apareció a su lado y todos la vieron. En consecuencia, el monje fue liberado de la acusación y los abades le pidieron perdón





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