sábado, 2 de junio de 2018

159 Cantigas de Santa María







Esta es de cómo Santa María hizo descubrir una tajada de carne que habían hurtado a unos romeros que iban a Rocamador.
"No sufre Santa María que sean perdedores los que tienen deseo de hacer sus romerías." Y, de esto, oíd un milagro del que quiero hablaros, que mostró Santa María, como he oído contar a unos romeros que fueron a orar a Rocamador, como muy buenos cristianos, sencillamente y con humildad.
Y cuando entraron en el burgo, se fueron a buscar posada, y mandaron comprar carne, y pan, y vino, para su comida; entretanto, se fueron a rogar a la Virgen que a su Hijo rogase, en sus piadosos ruegos, por ellos y no tuviese en cuenta cómo habían errado, sino que alcanzasen perdón por cuanto hubieran pecado.
 Y, cuando lo hicieron, volvieron, y no de vagar, a donde tenían su comida, de la que estaban ansiosos. Y mandaron poner nueve tajadas -así Dios me ampare- en la olla, tantas como ellos eran; pero, cuando fueron a sacarlas, hallaron una de menos, que la criada les había hurtado, y por ello estaban muy quejosos.
Y buscaron por toda la casa, para poder hallarla, llamando a Santa María, que se la quisiese mostrar, y oyeron en un arca a la tajada que daba golpes, y allá se fueron corriendo, que no se fueron lentamente, e hicieron luego abrir el arca y mirar dentro, y vieron a la tajada saltar, de acá para allá, y salieron a la calle a llamar a muchas gentes que vieron aquel milagro, que fue de los maravillosos que la Virgen gloriosa había hecho en aquel lugar.
 Después, cogieron la tajada y se fueron a colgarla de un cordón de seda ante su altar, loando a Santa María que hace milagros hermosos.




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