Un hombre cuya esposa no podía darle un hijo, juró ir a Salas. Su esposa dio a luz a un hijo. Cuando el niño tenía dos años, sus padres emprendieron el viaje a Salas.
En el camino, cruzaron un río que corría. La madre y el niño, que montaban a caballo, cayeron al río. Los padres buscaron al niño a lo largo de las orillas del río, pero no pudieron encontrarlo.
El padre quería regresar a casa, pero la madre insistió en que fueran a Salas. Cuando llegaron, vieron a su hijo vivo delante del altar. Alabaron a la Virgen por el milagro y la madre prometió difundir las noticias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario