lunes, 4 de febrero de 2019

194 Cantigas de Santa María






Cómo Santa María salvó de la muerte a un juglar que pronunció su nombre (que lo querían matar y querían robarle lo que traía).
 "Así como el nombre de la Virgen es hermoso a los buenos, así es fuerte y muy de temer contra los malos." De esto sucedió un milagro, en tierra de Cataluña, de un juglar que cantaba bien, apuesto y desenvuelto; y andando por las cortes, haciendo bien su oficio, fue a parar a casa de un caballero codicioso que le dio aquella noche cuanto había menester.
 Pero tanta envidia le creció a aquel villano avaricioso de la cabalgadura y delos paños que aquel juglar traía, que mandó a uno de sus hombres, malo y muy soberbio, que lo asaltase en el camino, con otro de su banda, en un lugar descubierto, dentro de una montaña.
 Y esto hizo él de grado, porque lo tenía por costumbre, que, en hacer malos hechos, no era tardo; y llevó consigo a su compañero, de su misma calaña.
 El juglar se despidió, por la mañana, del caballero, y desde que estuvo en camino y vieron que iba solo, aquellos dos lo prendieron en un lugar muy quebrado, y después lo llevaron muy lejos de aquel camino, y no le dejaron nada de lo que traía consigo; y, luego, entre sí se pusieron de acuerdo para degollarlo; pero no lo sufrieron la Virgen ni su Hijo glorioso.
 Estando en la porfía de cuál había de ser el que lo matase, echaron suertes, entre ellos, para el primero comenzar; pero no quiso Santa María que tal hecho se rematase, porque él dijo, a grandes voces: "Madre del Rey piadoso, váleme, que no me maten, defiéndeme sin demora."
 Ellos, cuando esto oyeron, se echaron atrás, y perdieron el sentido, que entonces ni hablar pudieron. Y el juglar que había perdido cuanto allí trajera, cuando vio que así estaban, mirándose el uno al otro y que no se hablaban, recogió lo suyo y se fue, y ellos se quedaban con un pavor de muerte.
 Hecho tan maravilloso como éste nadie oyó hablar de él, que sólo por nombrar el nombre de la Virgen, en nada hubo de resentirse el hombre en su cuerpo; pero, antes, el profeta lo había dicho que como legión en batalla así ponía su nombre espanto.
 El juglar siguió su camino, dando grandes loores a la Virgen gloriosa, socorro de pecadores; y cuantos esto oyeron, grandes y pequeños, tuvieron este milagro por noble y piadoso.






No hay comentarios:

Publicar un comentario