sábado, 27 de abril de 2019

202 Cantigas de Santa María





Ésta es de cómo Santa María ayudó al arcediano a acabar el himno que escribía en su loor, y su imagen se inclinó ante él y le dio las gracias por aquél.
 "Mucho place a Santa María, Madre de Dios, ayudar a quien compone cantares y prosas en su loor." Sobre esto oí contar hace poco un milagro que le ocurrió a un arcediano que se complacía en escribir himnos en su honor y cantar su bondad, su templanza, su gloria y su valía.
 Estaba escribiendo un himno que le salía muy bien a no ser por una sola rima que le faltaba y no encontraba por más que hacía, hasta que llegó a pensar que ni él ni ningún otro podría hallarla.
 Y desesperado de que ningún ser de este mundo diese con ella, fuese a un altar de la Virgen Santa María y le suplicó que le ayudase a acabar aquel himno, bien compuesto en su loor y en el de Dios y para que los incrédulos comprendiesen la Trinidad, pero que no era capaz de rematar, por lo que, de rodillas, le pedía que lo terminase
Ella. Estando así en oración vínole a las mientes la rima que le faltaba, que era, en latín, ésta: "Nobile Triclinium", pues, en efecto, no cabía otra mejor. Esta rima que os digo encerraba este significado: Noble morada habitable, hay tres moradas en ti: Dios Padre, su Hijo y el Espíritu Santo vinieron a ocuparlas para hacernos objeto de su amor. Acabado así el himno, loó a Santa María por haberla terminado tan bien y lloró de alegría.
Pero al cabo de un rato la imagen se inclinó y quedamente le dijo: "Muchas gracias, señor mío." Este milagro que quiso mostrar Santa María se produjo, no hace mucho tiempo, en la ciudad de París, y, si queréis comprobarlo, aún hoy veréis la imagen inclinada dentro de la iglesia de Saint-Vitor.






No hay comentarios:

Publicar un comentario