206 Cantigas de Santa María

Se trata de una leyenda sin base histórica.
Ésta es de cómo el papa León IX se cortó una mano por haber sentido tentaciones amorosas por una mujer que le había besado, y Santa María se la repuso y sanó. "A quien ame de corazón a Santa María, las tentaciones del diablo terminarán por beneficiarle."
Y sobre esto aconteció no hace mucho un milagro que afectó a un papa que hubo en Roma, llamado León, al que el diablo se empeñó en tentar porque sólo pensaba en Santa María. Como era Padre Santo, el demonio se afanó en encontrar el modo de engañarlo y tras mucho buscarlo lo halló en la seductora hermosura de una mujer en la que le hizo fijarse cuando estaba celebrando misa en San Pedro.
 Era la mujer más hermosa que había visto jamás y, por inducción diabólica, empezó a admirar sus encantos. Después del evangelio, la mujer le presentó una ofrenda y le besó la mano. Este beso en la mano le produjo tal desazón que ya no sabía por dónde andaba en la misa ni qué hacer, y se dijo: "Malhaya el día que he visto la belleza de esa mujer que me ha apartado de Dios." Al terminar la misa, según he leído, se fue muy angustiado a su casa, donde dijo e hizo lo que os voy a contar: "Esta mano me ha separado de Dios, pero yo la separaré de mi."
Y, cogiendo un cuchillo, se la cortó. Pasó mucho tiempo sin poder decir misa ni predicar en las fiestas, decepcionando así a los feligreses deseosos de oírle, que, por este abandono, empezaron a retirarle su adhesión.
 Él se dio cuenta de esto y volvióse hacia la Virgen gloriosa para rogarle que le socorriese y, por su misericordia, le concediese algún recurso para poder volver a cantar misa ante sus fieles. Santa María, que advirtió su gran deseo de servirla, firmemente acudió a él con su ungüento, se lo aplicó en la herida, cuyo dolor cesó, y volvió a colocarle  la mano cortada en su lugar, con lo que quedó curado en seguida y sin rastro de su mutilación gracias a la Virgen gloriosa, Madre del que nos salvó, y contó a las gentes con todo detalle lo sucedido, enseñándoles la mano para que pudieran creerle mejor.