domingo, 6 de junio de 2021

289 Cantigas de Santa María



 

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Cómo Santa María de Atocha curó a un labrador que estaba segando el día de San Quirico/Quirce, por lo que se le agarrotaron las dos manos.
 "Aunque otros santos toman venganza a veces contra los que les ofenden, la Madre de Dios no duda en valerles."
 Sobre esto os diré un gran milagro que hizo la Virgen en la iglesia de Atocha, junto a Madrid; oídme, pues, de buen grado y pedidle todos la gracia de que os consiga de su Hijo el perdón de vuestros pecados. 
 Ocurrió que, en una ocasión, un labrador estaba segando un extenso trigal a la hora de más calor del día de San Quirce, hoz en mano y con un sombrero de paja en la cabeza para protegerse del sol, y por segar en ese día de San Quirce, Dios, por honrar al santo, le paralizó la mano con que intentaba levantar la gavilla, agarrotándosela de modo que no podía soltarla, y, además, hizo lo mismo con la mano derecha que empuñaba la hoz, que se le quedó pegada a ella como con engrudo. 
 Así, paralizado, lo llevaron sus compañeros a su alojamiento, y ya aquel día no segaron más, sino que trasladaron apresuradamente al labrador, tal como estaba, a la Virgen de Atocha y rogaron por él con fervor a Santa María, llorando ante su altar, para que le perdonase el abultado yerro que cometió; él, también llorando, suplicaba a Santa María fervientemente que, por su misericordia, le valiese sin parar mientes en su necedad y que le librase sin tardanza de su desgracia. 
 Tras esta contrición, la Señora de los señores le auxilió en seguida, que Ella siempre socorre de buen grado a los pecadores, desaferrando sus manos y aliviando así sus dolores: en Ella es en quien debemos confiar siempre.



2 comentarios:

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  2. Saudações desde o Brasil, amigos!
    Parabéns pelo trabalho maravilhoso.
    Quem é o editor destas partituras?

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