viernes, 25 de febrero de 2022

296 Cantigas de Santa María



 
 
 En Canterbury había un monje que era un hombre santo. Arrodillado frente al altar de la Virgen, rezaba sus oraciones varias veces al día. Pidió a la Virgen que le diera sabiduría para saber cómo servirla mejor. Esta fue su única súplica. 
 Se le apareció la Virgen y le dijo que su petición era del agrado de ella y de su hijo. Aconsejó al monje que la amara, la honrara y la alabara. El monje escuchó con entusiasmo e hizo todo lo que ella dijo. La Virgen llevó su alma al cielo.










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