299 Cantigas de Santa María

 

            

 Cómo Santa María se apareció a un fraile y le mandó que diese a un rey una imagen de Ella que traía. "De muchas maneras Santa María favorece a los que tiene por suyos." 

Sobre esto quería mostraros un milagro, que os pido que me oigáis con buena atención, pues por él os enseñaré a servir a la que es dechado de bien. Esto sucedió a un rey que servía a tal Señora en todo cuanto podía y se complacía grandemente en loarla; por eso le sucedió lo que os diré.

 Un hermano de la Orden de La Estrella llevaba en el regazo una imagen de marfil de la Virgen que nos guía con su Hijo en brazos, (Santa María de España) en la que tenía mucha fe. Una noche, acostado en su lecho y en duermevela, vio venir a la Madre de Dios que le decía: "No tienes por qué llevar esa imagen que llevas, que cometes un disparate llevándola; ve en busca del rey y dásela; me complacería mucho que se la dieses y harías bien en ello." 

Dicho esto, se alejó, y el fraile se lo contó a los otros hermanos, que le replicaron: "Eso es un sueño que no tiene sentido." Y él, al oírlo, se afirmaba en su decisión de no dársela al rey, pero después de repetirse tres veces esto, vino Ella a decirle con gran despecho: "¿Cómo has osado no dar al rey lo que te mandé darle, que yo te lo agradecería? Dáselo; si no, saldrás perjudicado."

 El hermano, antes del tercer día, fue a contar esto a su maestro, que le dijo: "Fue estúpida tu renuencia; no te conviene esa imagen, que le va bien al rey; por eso te aconsejo que se la des, que él sabrá honrarla debidamente, y tu búscate otra más apropiada." 

Y el fraile se marchó en busca del rey, que estaba oyendo misa, lo encontró y le dio la imagen, de lo que él se alegró mucho en verdad, y, levantándola con las dos manos, le daba gracias por lo sucedido y bendecía su santo nombre, diciendo: "Bendita seas, amén."