
En 1952, llega a Mumbai como misionero jesuita para completar su formación espiritual, y allí mantiene su primer contacto con la India. A partir de ese momento, dedicará el resto de su vida a trabajar para erradicar el sufrimiento de los más pobres de ese país.
Lamentablemente, su labor genera suspicacias entre los sectores dirigentes, que ven en él una amenaza a sus intereses y consiguen una orden para expulsarle del país. Ante este hecho, más de 30.000 campesinos, secundados por intelectuales, políticos y líderes religiosos, se movilizan en una marcha de 250km para protestar por la orden de expulsión.

En 1968, Vicente sale del país y regresa a España.
En 1969, vuelve a la India y se instala en Anantapur (Andhra Pradesh), uno de los distritos más pobres del país, para continuar su lucha por los más desfavorecidos. Ese mismo año deja la Compañía de Jesús y crea, junto a quien será su futura esposa unos meses más tarde -Anne Perry- la Fundación Vicente Ferrer
Un gran hombre, una gran persona.
ResponderEliminarLos gandienses nos sentimos muy orgullosos de nuestro paisano, pero él era en realidad un ciudadano del Mundo.