sábado, 9 de octubre de 2010

EL COYOTE por Manuel López.


EL COYOTE
por Manuel López.

Estas páginas se justifican, sin grandes esfuerzos retóricos, como simple espectáculo con el que se posibilita la recuperación de realidades tan cercanas en el tiempo, y se transforma en algo tan sencillo como el repaso del álbum familiar hojeado por las primeras páginas, o tal vez, la visita al desván plagado de objetos que se encuentran almacenados y que al reencontrarnos con ellos quedamos sorprendidos.
Con estas páginas he buscado la posibilidad de que, por un momento, rotas las barreras del espacio y del tiempo, el lector se encuentre en un lugar imaginado, en el que conviven nuestros héroes infantiles y en definitiva nuestros sueños de niñez.
La primera consecuencia que debo sacar de mis páginas, será la de haber conseguido lo que pretendo en cuanto a la impresión del lector y que no es otra cosa que un mayor interés por nuestro pasado cercano, junto con el reforza-miento de nuestra propia identidad cultural. Sabemos que muchas cosas que podían haber sido en esta ocasión de gran utilidad han desaparecido, sería imperdonable para nuestras generaciones que, en una época en la que la huella documental de nuestro paso por la vida es más abundante que nunca, la inconsciencia permita que se borre o desdibuje .

La necesidad de su recuperación se debe, a mi juicio, a que constituyen una llamada al inconsciente, para unas formas de vivir hoy imposibles, pero en las que participamos con la imaginación. La impresión de estas páginas han sido concebidas como un pequeño oasis, en el que por el momento se preservan aquellos tebeos que en él han encontrado abrigo, felizmente han escapado a la destrucción e impaciencia de los que fueron niños propietarios, así como al más peligroso agente de destrucción: LA INDIFERENCIA.
SOBRE UNA APROXIMACIÓN
A LA REVISTA DEL COYOTE-
Nuestra infancia fue de pobreza lindante con el hambre y estraperlo. El barrio, para nosotros, desempeñó un papel esencial en nuestra inserción posterior en la vida, en nuestro temperamento, en nuestra manera de orientar las ideas y la vida. En nuestra época, la calle era el lugar de la sociabilidad, de los juegos.… Allí se pasaba mucho tiempo, mucho más que en casa, mucho más que en la escuela."
Durante la infancia y la adolescencia si leía tebeos. La lectura engancha, y cuando descubres la maravilla de leer te vas metiendo en el hábito. La fascinación que nos producían aquellos tebeos, el hipnotismo que esos mismos tebeos nos construían, facilitaron que, ni por un instante, nos cuestionáramos las carencias que padecíamos.
La fantasía cultivada por la historieta encontró siempre al héroe perfecto que debía encarnar intempestivamente y audazmente en la imaginación el lector para quien ese héroe constituía su aspiración quebrantada por la diferencia que se produce entre la ficción y la realidad.
El Coyote es uno de los tebeos que leímos y que cuenta, aún hoy, con numerosos fans.
Hemos leído muchísimos tebeos cuando éramos pequeños, pero creemos que son registros diferentes. El Coyote fue un tipo de tebeo de aventuras media-larga, con ciertos guiños al humor.
El Coyote lentamente va haciendo crecer su estilo, toma un estilo propio convirtiéndose en una de esas publicaciones que destacan por su calidad; tanto desde el punto de vista temático como del tratamiento de personajes, y todo ello durante cientos de paginas
Nombres como A. Blasco, V. Roso, García Lorente, F. Darnís, Ripoll, Hidalgo, etc. se daban cita ya desde sus primeras páginas que desembocarían en la edición de personajes tan relevantes como "El Encapuchado", "Jinete del Espacio", Kay y El Lagarto Humano, entre otros muchos, unos héroes que son fundamentales en la ya larga historia del tebeo español.
No es la primera vez que escribo acerca de "El Coyote" y siempre lo hago con pasión porque es así como leo estos tebeos. Humor, intriga, espías, acción, muertos, un entorno apropiado y un desenlace inesperado, son ingredientes que hacen a un tebeo ameno, divertido y muy agradable de leer. Lo cierto es que siempre estabas pensando en que pasara en la siguiente página, que nueva historia nos va a contar…. Te enganchaba con su particular estilo.
En muy poco tiempo años El Coyote se ganó, incuestionablemente, un lugar destacado entre las formas populares de entretenimiento.

"Estos héroes míticos son parte irrenunciable de nuestro patrimonio cultural colectivo. Gracias a ellos, muchas generaciones aprendieron a leer y, lo que es más importante, a soñar".
La historieta de esos años: presentaban personajes con los cuales los lectores se podían identificar mantenían un adecuado equilibrio entre realidad y fantasía; conseguían entretener a través del humor y la acción, con unos dibujos no exentos de calidad, si no todo lo contrario.
Una historieta industrial en los años cuarenta, que llega con éxito hasta mediados de los sesenta, que entra en crisis al coincidir con las emisiones de televisión. Los años siguientes serían de crisis económica y emigración de dibujantes locales.
No pretendo hacer una reseña complicada, con textos espesos. Además de no estar preparado para ello, creo que la historieta está hecha fundamentalmente para verla y para recrearse un poco en ella.
Yo trato de involucrarnos en lo que me tocó vivir y reflejarlo en mis comentarios. Esto nos diferencia de lo que es el aparente boom de las publicaciones sobre historieta, , ya que a través de éstas se está llegando a sobreinformación del ‘manga’japonés y, sobre todo, se intenta definir a la historieta como si fuera sólo un problema de superhéroes”. Si bien es cierto que el mundo del tebeo es mitómano, y a los lectores nos hace mucha ilusión hablar cuatro palabras de nuestros dibujantes preferidos o de las series que más nos gustaron

Manuel López

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