Diego Valor
Diego Valor es el nuevo ídolo de los niños:
un serial radiofónico de aventuras espaciales.
Cuando hablamos de la Ciencia-Ficción en España, nuestra imaginación se abre a un mundo de imágenes y de palabras y con ellas la serie por antonomasia de la CF española: Diego Valor.
Los Orígenes
Diego Valor es el nuevo ídolo de los niños:
un serial radiofónico de aventuras espaciales.
Cuando hablamos de la Ciencia-Ficción en España, nuestra imaginación se abre a un mundo de imágenes y de palabras y con ellas la serie por antonomasia de la CF española: Diego Valor.
Los Orígenes
Uno de las mayores dificultades en un trabajo sobre el personaje es que, además de del tema hemos de tener en cuenta las diversas interacciones entre los distintos medios. Ya que de la misma manera que son corrientes las adaptaciones fílmicas de obras literarias, también lo son en
el campo de la historieta, la radio y la televisión. Así pues, personajes e historias cambian de medio tan pronto como autores y productores ponen un poco de interés. Famosa es la adaptación radiofónica de Orson Welles de La guerra de los mundos de H.G.Welles, por la ola de pánico que provocó. Antes de la popularización de la televisión su lugar lo ocupaba la radio y los seriales radiofónicos el de las actuales series de televisión.
Y entre los numerosos seriales, sorprendentemente, uno de Ciencia-Ficción: Diego Valor (Cadena SER, 1.953) que comenzó siendo una adaptación de las aventuras de Dan Dare, héroe de portada de la revista inglesa Eagle (1950-1969), para desmarcarse rápidamente del original inglés (Enrique Jarnés "Jarber" fue el encargado de su cambio de nacionalidad) y pasar después a la historieta, en 1.953 de la mano de Adolfo Álvarez Buylla y Braulio Rodríguez "Bayo".
Los tebeos de Diego Valor no fueron más que una prolongación del medio radiofónico y, probablemente, sin el soporte de éste no hubiera alcanzado la enorme popularidad de que gozó entre la chiquillería de la época, dado que su dibujo no es deslumbrante, ni su trama original (no ofrece demasiadas variaciones sobre el esquema héroe de la Tierra derrocando a tirano extraterrestre, que ya articulaba la larga saga de Flash Gordon, allá por los años treinta), sí posee un valor histórico indiscutible, teniendo en cuenta que el serial radiofónico fue contemporáneo de las primeras publicaciones españolas del géneroNo obstante, si se ha alabado, de manera muy indulgente, la calidad del Brik Bradford de la época heroica, de que no se puede decir que sea más rica o imaginativa que Diego Valor, concedámosle a éste un lugar preponderante en la historia de nuestra historieta.
Diego Valor es una colección cuyo planteamiento, a pesar deque no ofrezca, como ya hemos dicho, demasiadas variaciones sobre el manido esquema de Flash Gordon) resulta bastante original. Tampoco se trataba de descubrir la sopa de ajo, pero aparte de originalidad hay que saber interesar al lector en la historia y en los personajes, y en ese aspecto, a pesar de que el tebeo en sí no es de lo mejor que he visto, ni mucho menos, cumple a la perfección con las expectativas: entretener
1954/56: Diego Valor (1ª etapa). 124 cuadernos, más 1 almanaque, sobre guiones de Jarber y entintado de Bayo. Editorial Cid.
Parece evidente, que no es esta saga un trabajo en el que pusiese sus cinco sentidos Adolfo Álvarez Buylla. No hay más que echar un vistazo y compararla con algunos de los trabajos posteriores de este autor, para experimentar el sentimiento de decepción que produce una obra cuando no está a la altura de su creador. Se nota apresuramiento y falta de dedicación con algunas páginas realmente chapuceras.
Sea por la razón que sea (quizá la acumulación de trabajo), la labor de Buylla no hace justicia al guión, que si bien no es excepcionalmente brillante, si resulta entretenido pese a la repetición de tópicos.
1957/58: Diego Valor (2ª etapa). 44 cuadernos, más 1 almanaque y 3 extras, sobre guiones de Jarber (menos núms. 1 y 2). Editorial Cid.
No descubrimos nada cuando afirmamos que ésta 2ª etapa, el trabajo de Buylla es muy superior a los 124 cuadernillos anteriores, por una progresiva ampliación en el campo de los recursos gráficos.
El principal problema de introducir a la lectura de -Diego Valor- es el de situar la historieta en su contexto, sin el cual una comprensión profunda de ella es imposible. Los mejores años de la serie, como ya se ha señalado, corresponden a la etapa más popular de los seriales radiofónicos.
La verdad es que resulta difícil hacerse a la idea de que ya han pasado más de cincuenta años desde que en España apareció Diego Valor por primera vez en las Ondas y Kioscos Aquellos primeros, tenían una estética especial que seguramente nunca se olvidará, y naturalmente su contenido. Un contenido en que aquellos, hoy míticos, personajes vivían sus primeras aventuras y comenzaban a deleitar a unos oyentes y lectores a los que habían sorprendido de una forma muy especial.
Continuara
Manuel López
Los tebeos de Diego Valor no fueron más que una prolongación del medio radiofónico y, probablemente, sin el soporte de éste no hubiera alcanzado la enorme popularidad de que gozó entre la chiquillería de la época, dado que su dibujo no es deslumbrante, ni su trama original (no ofrece demasiadas variaciones sobre el esquema héroe de la Tierra derrocando a tirano extraterrestre, que ya articulaba la larga saga de Flash Gordon, allá por los años treinta), sí posee un valor histórico indiscutible, teniendo en cuenta que el serial radiofónico fue contemporáneo de las primeras publicaciones españolas del géneroNo obstante, si se ha alabado, de manera muy indulgente, la calidad del Brik Bradford de la época heroica, de que no se puede decir que sea más rica o imaginativa que Diego Valor, concedámosle a éste un lugar preponderante en la historia de nuestra historieta.
Diego Valor es una colección cuyo planteamiento, a pesar deque no ofrezca, como ya hemos dicho, demasiadas variaciones sobre el manido esquema de Flash Gordon) resulta bastante original. Tampoco se trataba de descubrir la sopa de ajo, pero aparte de originalidad hay que saber interesar al lector en la historia y en los personajes, y en ese aspecto, a pesar de que el tebeo en sí no es de lo mejor que he visto, ni mucho menos, cumple a la perfección con las expectativas: entretener
1954/56: Diego Valor (1ª etapa). 124 cuadernos, más 1 almanaque, sobre guiones de Jarber y entintado de Bayo. Editorial Cid.
Parece evidente, que no es esta saga un trabajo en el que pusiese sus cinco sentidos Adolfo Álvarez Buylla. No hay más que echar un vistazo y compararla con algunos de los trabajos posteriores de este autor, para experimentar el sentimiento de decepción que produce una obra cuando no está a la altura de su creador. Se nota apresuramiento y falta de dedicación con algunas páginas realmente chapuceras.
Sea por la razón que sea (quizá la acumulación de trabajo), la labor de Buylla no hace justicia al guión, que si bien no es excepcionalmente brillante, si resulta entretenido pese a la repetición de tópicos.
1957/58: Diego Valor (2ª etapa). 44 cuadernos, más 1 almanaque y 3 extras, sobre guiones de Jarber (menos núms. 1 y 2). Editorial Cid.
No descubrimos nada cuando afirmamos que ésta 2ª etapa, el trabajo de Buylla es muy superior a los 124 cuadernillos anteriores, por una progresiva ampliación en el campo de los recursos gráficos.
El principal problema de introducir a la lectura de -Diego Valor- es el de situar la historieta en su contexto, sin el cual una comprensión profunda de ella es imposible. Los mejores años de la serie, como ya se ha señalado, corresponden a la etapa más popular de los seriales radiofónicos.
La verdad es que resulta difícil hacerse a la idea de que ya han pasado más de cincuenta años desde que en España apareció Diego Valor por primera vez en las Ondas y Kioscos Aquellos primeros, tenían una estética especial que seguramente nunca se olvidará, y naturalmente su contenido. Un contenido en que aquellos, hoy míticos, personajes vivían sus primeras aventuras y comenzaban a deleitar a unos oyentes y lectores a los que habían sorprendido de una forma muy especial.
Continuara
Manuel López
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