martes, 6 de marzo de 2012

Jaime Brocal Remohí




El dibujo de Brocal Remohí no admite tacha. Mucho le debe a la escuela Valenciana, pero consiguió acaudalar una personalidad muy definida que le convirtió en una de los grandes de la historieta mundial. Cualquiera de sus historietas sobre Taar evidencian la anterior afirmación. Sus
composiciones, cargadas de detalles, están dotadas de una fuerza en la que destaca un férreo control de la anatomía.
Brocal Remohí no puede negar lo evidente: se inició en la historieta impelido por el estilo de la llamada Escuela Valenciana que inició Manuel Gago, ese historietista vallisolitano que fue maestro de maestros.

Brocal dejaba claro lo de su estilo sosia, en los sesenta, cuando dibujó, con guión de F. Sesen, el que sería su primer héroe de fantasía heroica: Katan.
Pero Brocal se desprendió pronto de esa etiqueta, como lo demostró en su posterior contribución al medio: Ogan. Seguirán Kronan, su etapa en las revistas de terror de James Warren, Arcane y un largo etc. de obras entre las que se incluye la del mítico personaje de Burroughs: Tarzán.
Dargaud, reune a Claude Moliterni junto a un Brocal Remohí en estado de gracia. El primero conjuga elementos en el mejor sentido para narrar los inicios de Taar el Rebelde. Por su parte, Brocal, poseedor de un dominio pasmoso del dibujo y de los resortes narrativos, realiza un trabajo deslumbrante.
El trabajo de Brocal es soberbio, posiblemente uno de sus mejores trabajos, si no el mejor, su carrera. A las virtudes que ya hacía gala (narración precisa, composición elegante, dominio del dibujo realista) se suma
ahora el afán por conquistar nuevos terrenos: la línea y la mancha se vuelven rotundas, y el estilo experimenta ciertos cambios para adaptarse a la historia, lo que se convertirá en marca de la casa. Sus historietas atraen por el mero hecho de su dibujo
Las páginas de Taar el Rebelde nos invitan a recorrer un mundo plagado de fantasía: el de la Espada y Brujería. Historias de terror, leyendas y monstruos.
Escribir sobre Taar, El Rebelde una tarea difícil ya que nos faltan adjetivos para expresar la admiración que nos merece. Contemplar la obra de Brocal Remohí es un acto cuasi místico para el amante de la Fantasía heroica.
Sirvan estas líneas como el póstumo homenaje a uno de los más grandes artistas del medio.
M. López

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