miércoles, 25 de abril de 2012

Pilar Blasco



MANUEL LÓPEZ
   Hoy, también, a través de unas pocas líneas quiero rendir emocionado recuerdo de una de las más grandes dibujantes de nuestro país: Pilar Blasco.
En las historietas de Pili Blasco nos encontremos ante un trabajo que permanece imborrable en nuestra memoria. Tal es la relación emotiva de los lectores con esos compañeras de la niñez, que muchos las conservan como tesoros muy preciados -aunque algunos no los quieran leer más para no perder la magia-, y otros lamentan su pérdida aunque en la memoria está grabada la
tapa, las páginas, las ilustraciones.
No puede mencionar sólo una. Son muchos las historietas de Pili que leí siendo niño. En mi memoria han quedado registrada una muy especialmente: Lalita que aparecía en semanario Florita.
Siendo un niño aún descubrí a Lalita. Esa revista, Florita, “estaba en la habitación de mi hermana y me llamó la atención por la contraportada era muy linda, y los dibujos, me parecieron excepcionales.
Lalita es, quizá, el más delicioso personaje de Pilar Blasco, en sus aventuras caben los Gnomos, hadas y un sinfín de seres considerados fantásticos alimentando nuestra imaginación infantil.
Los niños no fuimos inmunes a los tebeos para niñas y, al lado de los Guerreros, Capitanes Trueno y Pequeños luchadores, leíamos los tebeos de nuestras hermanas o vecinitas.
La obra de Pili es amena y de lectura muy agradable, Lalita es una de las mejores historietas de una de las más excelentes dibujantes femeninas de la historia de nuestro tebeo. Las imágenes que destila su obra son tan exageradamente atractivas y poderosas como para que retengan toda nuestra atención.
La revista Florita, estructurada en forma de historietas cortas guionizadas y dibujadas por un inigualable elenco. Florita pese a sus posibles deficiencias, dejaba un muy buen sabor de boca. Historietas de 1 a 2 páginas de personajes humorísticos, historietas de dibujo realista agrupadas de 2 a 4 páginas, hasta las páginas de chistes y las educativas, en las que destacaban las realizadas por Pilar Blasco y con ellas las de Lalita.
Las aventuras de Lalita, son una narración construidas con inteligencia y capacidad gráfica excelente como para mantener la atención del lector. La lectura de las páginas precedentes reproducidas, permite no sólo compartir la recuperación de la memoria de una niñez ya muchos años perdida, sino que nos ofrecen la posibilidad de participar en el reencuentro con una de las mejores artistas de nuestra historieta. A través de su lectura, se revive un cierto pálpito de vuelta a los orígenes, una atmósfera melancólica, la nostalgia por los tiempos pasados.

Lo apócrifo tiene que ver con la fábula, la ficción y la falsedad. No hay nada más apócrifo que una fabulosa mentira. No hay nada más fabulosamente mentiroso que un artista de de raza. Y Pilar Blasco fue una autora de raza, sus historietas son fabulosamente mentirosas.

Philip Sydney escribió convencido sobre la emoción que causa “un cuento que aleje a los niños del juego y a sus abuelos del rincón de la chimenea”. Excepto que no contemos con la suerte de engancharnos a la lectura, sino hasta que estemos lo suficiente maduros para indagarnos el porqué de las cosas, o distinguir una historia mala de una buena. De todos modos tendemos a recordar con cariño los viejos relatos fantásticos (no necesariamente de hadas), porque conforman nuestra biblioteca mental. Y la obra de Pilar Blasco forma parte de esa memoria colectiva.



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