miércoles, 10 de octubre de 2012

MLP.Jesús Blasco y Marcela

Resumir en unas pocas líneas la obra de un hombre como Jesús Blasco es imposible. Somos conscientes de que no podemos abarcar la totalidad con detenimiento de una obra de 50 años, por lo que tan sólo, y de manera somera, queremos tratar de uno de sus personajes en la ya mítica revista Florita: Marcela

Jesús Blasco
y
Marcela

Posiblemente, como narrativa, el tebeo en nuestro país alcanzó su punto culminante con los seriales de aventuras de los años cuarenta y cincuenta. Eran héroes íntegros, protagonistas de aventuras que hoy han quedado en ocasiones superadas por el correr de los tiempos, la política y nuestra propia concepción del mundo real y los mundos de ficción, pero las cotas artísticas que llegaron a alcanzar sus autores pusieron al humilde tebeo a la par con la edad de oro del cine.

¿Cómo vivimos nuestra infancia?, ¿Cómo se entretenían los jóvenes en aquella época?



Cuando yo era un chaval, no existían ni la TV ni los vídeo juegos. Algunos teníamos la radio que nos entretenía con sus historias, cuando escuchábamos una historia teníamos que usar nuestra imaginación y todas las imágenes estaban en nuestras mentes. Teníamos también el cine y, sobre todo, los tebeos.

¿Qué pasó? ¿Por qué los héroes de nuestra infancia se vinieron abajo? Vale que es cierto que las modas cambian (pero eso no explicaría por qué las reediciones de esos mismos personajes aparentemente caducos han aguantado hasta ayer mismo) y que hay que adaptarse a los cambios, pero sin duda el gran inconveniente, la gran palanca que acabó por ir desbordando poco  a poco a los grandes personajes clásicos del interés que pudieran tener sus historias, influencias de la televisión y el cine aparte, fue la obligatoriedad de encorsetarlos. Dicho de otra manera: La ridícula y feroz censura a la que se les sometió. Los tentáculos de la censura abarcaban desde el periódico de mayor difusión hasta los tebeos para niños y, no digamos, a la historieta femenina.

El tebeo fue un medio de expresión que registró muy bien las pulsaciones sociales haciéndose eco de sus cualidades, excesos, ecos y carencias, que quedaron reflejadas en las viñetas.

Las chicas de media España, se emocionaban con "Florita" uno de los más celebrados exponentes del denominado tebeo femenino.

Fueron años de esplendor para el tebeo para chicas. Durante la época dorada del tebeo español, cuando triunfaban los tebeos de aventuras protagonizados por el Capitán Trueno, el Guerrero el Antifaz, Jabato...

Marcela fue una de las joyas ocultas dentro de la publicación de Florita. Son unas historietas muy recomendables para los que  estén interesados en el tebeo femenino. Y para los detractores del tebeo femenino, les recomendamos que vean de lo que fue capaz el medio.

Las historietas de Marcela, fueron realizadas por uno de los más talentosos autores de historietas de la década de los cuarenta/cincuenta: Jesús Blasco, autor de una espléndida obra, dotado de excepcionales talentos como dibujante y narrador, que le permitió convertirse en uno de los más grandes autores de la historieta mundial de todos los tiempos.

Blasco, elabora en Marcela un estilo propio dejando un legado impresionante, tanto en cantidad cómo en calidad. Gran dinamismo, encuadres distintos, ligera caricaturización... El dibujo por su lado es preciosista y aporta infinidad de detalles para hacer verosímil la historieta. Se nota que se ha hecho un estudio previo muy completo al respecto. Domina perfectamente un lenguaje clásico muy efectivo y claro que reparte la atención entre la acción y el paisaje/ambiente por medio de la composición de viñeta y de página.
Fueron años de esplendor para el tebeo para chicas. Durante la época dorada del tebeo español, cuando triunfaban los tebeos de aventuras protagonizados por el Capitán Trueno, el Guerrero el Antifaz, Jabato...

Marcela fue una de las joyas ocultas dentro de la publicación de Florita. Son unas historietas muy recomendables para los que  estén interesados en el tebeo femenino. Y para los detractores del tebeo femenino, les recomendamos que vean de lo que fue capaz el medio.

Las historietas de Marcela, fueron realizadas por uno de los más talentosos autores de historietas de la década de los cuarenta/cincuenta: Jesús Blasco, autor de una espléndida obra, dotado de excepcionales talentos como dibujante y narrador, que le permitió convertirse en uno de los más grandes autores de la historieta mundial de todos los tiempos.

El dibujo por su lado, como ya hemos dicho, es preciosista y aporta infinidad de detalles para hacer verosímil la historieta. Se nota que se ha hecho un estudio previo muy completo al respecto. Domina perfectamente un lenguaje clásico muy efectivo y claro que reparte la atención entre la acción y el paisaje/ambiente por medio de la composición de viñeta y de página.

Su personal estilo, que sabía acomodar a la historia con pasmosa facilidad, su dominio de los mecanismos de la narración, no es algo que vayamos, hoy por hoy, a encontrar a la vuelta de la esquina, logró dar vida a un personaje imprescindible del tebeo femenino, lleno de pasión y de arte. Un auténtico clásico, cuyo nivel estético ayudó a dar vida a uno de los tebeos más leídos de la historia del género.

Como el resto de los tebeos de la época, es posible que éstos no quedan ajenos a la ideología imperante en esos años, pero no por ello hay que desprestigiarlos, ya que, por un lado, nos sirve para un mejor (y mayor) conocimiento de los años de la dictadura y, por otro lado, que marcaron a toda una generación de españoles.

El panorama "comiquero" español: No es demasiado estupendo, la verdad, (aunque haya algunas excepciones), agravado por el hecho de que aquí no existe, como en EEUU, un movimiento nostálgico de recuperación de esos contenidos. Bien por ese sentimiento de inferioridad en el sentido de que nuestra historieta (salvo honrosas excepciones) era de una calidad algo inferior, o bien porque la crítica literaria "seria" tiene aquí más peso, y ciertos productos siguen siendo mal vistos, lo cierto es que, en la actualidad, resulta difícil encontrar un tebeo nacional.

Los tebeos en Estados unidos: Bueno, eso ya es otra cosa. Será porque son muchos, y a alguno le tendrá que dar por los tebeos, o será porque allí, la narrativa gráfica es una auténtica tradición que no se ha olvidado, lo cierto es que el número de páginas dedicadas a los tebeos en general o a sus personajes en particular, es enorme.

Para el lector actual  le es muy difícil entender que en nuestro país, los tebeos gozaron de pleno éxito y gran número de lectores durante años.

Aquellos tebeos de formato apaisado, impresos en papel barato y basto, totalmente deleznable, pero repletos de acción, exotismo y fantasía, con una evidente preocupación por la verosimilitud y la elegancia estilística.

Su fuerza reside en los argumentos, rebosantes de aventura e intriga, y la forma utilizada para desarrollarlos era funcional y muy, ágil.

El tebeo de aventuras hispano en sus orígenes se rige por estos principios y los resultados, no hace falta recordarlo, son más que brillantes. Aquí podríamos aplicar lo que dice Fernando Savater referido a los pulps. El contenido de los tebeos sería una literatura de tipo extrovertido, es decir, aquella que se centra en la acción misma y hace poco hincapié en los resortes que la mueven o los supone elemen-
tales: da prioridad al qué y aún más al cómo sobre el por qué, gusta de colores vivos, especias fuertes, ritmo ágil, y prefiere la exhibición muscular al análisis emotivo.

En el período de posguerra cientos de tebeos  abarrotaron los kioscos de prensa, cargados con millones de imágenes. Citarlos todos sería demasiado prolijo; pero podemos anotar algunos como muestrario anecdótico:

En el género policiaco y de terror tendríamos a El Inspector Dan; en ciencia-ficción, entre otros, a Diego Valor o Red Dixon; en el relato policiaco a Jeque Blanco o Aventuras del FBI; aventuras orientales en El Capitán Misterio; Selváticas Pantera Negra o Tamar; de amor en Azucena o Claro de Luna. El lejano oeste El Pequeños Luchador, etc.

De especial mención, por su influencia en otras formas de cultura popular, son aquellos tebeos s que centraban su protagonismo en héroes misteriosos y fantásticos: El Misterioso X, La Sombra Justiciera, El Duende, etc. En definitiva, cualquier tema que ofreciera incentivo para una historia emocionante tenía su lugar en aquellos tebeos.

Tal volumen editorial precisó, evidentemente, de una gran cantidad de dibujantes y guionistas que alimentaran los tebeos que se lanzaban de Barcelona, Valencia y Madrid como centros principales de las editoriales.

Remunerados de manera tan mezquina, que los autores se encontraban obligados a disparar su producción, en detrimento de la calidad. No obstante, cuan meritorio es legado que nos dejaron.

La decadencia de los tebeos se inicia a mediados de los sesenta.

Se abre una nueva era, un tiempo en el que la diversión popular toma otros cauces. Llega  la  televisión y la imagen acorrala a la narrativa gráfica. Los viejos dibujantes encaminan su trabajo a otros medios y los sueños se sirven a domicilio a través de una pantalla de cristal. Desde entonces los antiguos tebeos amarillean sus páginas en los anaqueles de la nostalgia. 

Y de esos anaqueles hemos querido, en este número, rescatar a Marcela, uno de los personajes que realizara Jesús Blasco para la mítica revista Florita.

Frecuentemente utilizamos como argumento para defender la obra de algunos autores de nuestra historieta de los años 40/50, el hecho de que dibujaban un montón de páginas a la semana, ya que si no comían, e incluso decimos ¿os imagináis a un dibujante actual, dibujando uno o dos tebeos a la semana?. Y yo me lo imagino, pues cuando la necesidad aprieta, un profesional sería capaz de mantener ese ritmo, pero de algo estoy seguro. Seguro que sus tebeos serian muchísimo peores.

Cierto es que en la historia hay casos de autores extremadamente prolíficos y de gran calidad, pero hay que reconocer que son una excepción que en ningún modo constituyen una regla, ni un comportamiento a imitar. Ya se sabe que Blascos o Freixas solo hay uno.

Hoy como, cualquier otro día, es nuestra oportunidad de volver a las historietas de Marcela Para los que las leímos en nuestra infancia puede significar recuperar un mundo perdido. Los que nunca las leyeron podrán, si logran vencer los prejuicios que la señalan como una obra de exclusivo carácter infantil  (o para niñas), sor prenderse con una serie de historietas que resulta mucho más rica en situaciones y personajes que en muchos de los tebeos actuales.
 
MANUEL LÓPEZ

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