Según la tradición, el juramento que hubo de prestar Alfonso VI tuvo lugar en la iglesia de Santa Gadea de la ciudad de Burgos, a finales del año 1072.
REY ALFONSO: Rodrigo Díaz de Vivar, llamado el Cid, ¿por qué vos os negáis a mostrarme fidelidad?
EL CID: Señor, todos los aquí presentes, aunque no se atrevan a decirlo, abrigan la sospecha de que habéis tramado la muerte de vuestro propio hermano. A menos que probéis vuestra inocencia, nunca podréis contar con súbditos leales, y la duda destrozará vuestro reino, y en tanto sea así no puedo juraros fidelidad, ni aceptaros como soberano.
REY ALFONSO: Rodrigo Díaz de Vivar, llamado el Cid, ¿por qué vos os negáis a mostrarme fidelidad?
EL CID: Señor, todos los aquí presentes, aunque no se atrevan a decirlo, abrigan la sospecha de que habéis tramado la muerte de vuestro propio hermano. A menos que probéis vuestra inocencia, nunca podréis contar con súbditos leales, y la duda destrozará vuestro reino, y en tanto sea así no puedo juraros fidelidad, ni aceptaros como soberano.
REY ALFONSO: ¿Cómo queréis que os demuestre mi inocencia?
EL CID: Jurando sobre las Sagradas Escrituras.
REY ALFONSO: ¿Os atrevéis a decirme que jure?
EL CID: Señor, os lo estoy diciendo.
REY ALFONSO: Está bien.
EL CID: ¿Juráis no haber ordenado la muerte del rey Don Sancho ni haber participado directamente en ella?
REY ALFONSO: Lo juro ante Dios.
EL CID: ¿Juráis igualmente que jamás habéis aconsejado que se le quitara la vida al rey Don Sancho?
REY ALFONSO: Lo juro también.
EL CID: ¿Y también juráis que no fuistéis el que proyectó la muerte del rey Don Sancho, ni teníais intención de hacerlo?
REY ALFONSO: Lo juro.
EL CID: Si hubiérais jurado en falso, permita Dios que muráis del mismo modo que vuestro hermano, apuñalado por la espalda por mano de un traidor. Decid amén.
REY ALFONSO: Lleváis las cosas demasiado lejos, Rodrigo.
EL CID: Decid amén.
REY ALFONSO: Amén.
Lo que da de si un juramento... ¡Amén!
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