jueves, 31 de diciembre de 2015

Francisco Guerrero. Villanescas



Francisco Guerrero

Compositor, sacerdote y maestro de capilla español, natural de Sevilla. Francisco Guerrero nació en el año 1528 y es el máximo representante de la escuela andaluza de la segunda mitad del siglo XVI. Se inicia en la música como cantorcico de la catedral del Sevilla. Discípulo de su hermano Pedro Guerrero, de Fernández Castilleja y de Cristóbal de Morales. Su vida profesional discurrió como maestro de capilla entre las catedrales de Jaén (1546), Málaga (1554) y nuevamente Sevilla en 1555. En el año 1550 también fue cantor de la catedral metropolitana de Sevilla. Francisco Guerrero alcanzó pronto gran celebridad dentro y fuera de España, y logró imprimir gran parte de su obra, estando aún en vida, en lugares como Sevilla, Roma, Venecia, Lovaina y París, entre otros. El teórico Cerone le comparó con el compositor flamenco Orlando di Lasso, lo que indica la estima en que se le tenía. También literatos de la talla de Góngora o Lope de Vega elogiaban sus composiciones. Su polifonía se asemeja a la de uno de sus maestros, Cristóbal de Morales: colorista, diáfana y de un gran lirismo. Es espiritual y místico.
 Como él mismo dijo, lo único que pretendió con su música fue incitar a las almas a la contemplación y no halagar a los oídos. Francisco Guerrero es recordado por la variedad de emociones que fue capaz de poner en su música, desde el recogimiento místico a la exaltación, desde la mayor alegría a la desesperación. Su obra, muy popular, siguió interpretándose mucho tiempo, especialmente en las catedrales americanas. Entre sus obras destacan unas 20 misas, más de 100 motetes, un libro de magnificat y sus deliciosas canciones y villanescas espirituales. También encontramos obras profanas suyas en el Cancionero de Medinaceli. Hay que destacar que en 1588 Francisco Guerrero realizó un viaje a Tierra Santa y relató sus recuerdos y vivencias en un libro con el título de El viaje a Jerusalén que hizo Francisco Guerrero (1590). El libro, publicado en Valencia, fue un gran éxito popular. Aunque debido a las deudas contraídas para la publicación de éste, Francisco Guerrero fue condenado a prisión, de la que salió gracias a la intervención del cabildo de Sevilla, que lo liberó en agradecimiento a los servicios prestados anteriormente. Después de esta experiencia volvió a ser contratado como maestro de capilla del coro de la catedral de Sevilla, puesto que ostentó hasta el fin de sus días. Francisco Guerrero fue también miembro de la Inquisición española. Guerrero fallecería en el año 1599 a causa de la peste en Sevilla, la misma ciudad que le vio nacer. Su tumba se encuentra en la Capilla de Nuestra Señora de la Antigua. El Conservatorio Profesional de música de Sevilla lleva su nombre.




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