El grupo folk Nuestro Pequeño Mundo supo investir esta canción tradicional en una melodía
profunda , de atmósfera intimista , tenebrosa , en tono menor , y convertir un simple texto de
matrimonio de compromiso en unos versos profundos , que como unidades independientes
se convertían en mensajes envueltos en un halo de misterio e inquietud . Los versos van siendo
cantados con una eficacia entre la música y la palabra que como dos alas de un ave
desgarrada soplan con sus plumas el alma del que escucha la canción: Simples palabras de
una canción popular , cobran una profundidad , una trascendencia más elevada . Parece como
si el argumento de la canción fuere otro : la vida, el parto , el nacimiento , la muerte , la
soledad , la angustiosa espera , el ir y devenir de almas , de cuerpos , un paisaje onírico , surrealista
de evocaciones , escenas . Quizá no fuera esa su intención , pero este grupo folk español dió
en el clavo en la prestación y preparación de versos, arreglo musical . Una atmósfera que , como
he dicho , me hace viajar a calles solitarias , personajes sonámbulos, la sombra que va y viene, la bruma que sube y baja, que avanza y retrocede . Una gran grabación que después de tantos años
sigue con una vitalidad intacta , con ese arranque de bajo de violonchelo y de guitarra en
tono menor, esa voz lejana que repite los versos como almas apartadas de un coro griego , esa
voz grave que se incorpora a mitad de la canción . ¡ Fantástico
!
Y todas las tardes desaparecía . . .
Y los que pasaban , se le parecían . . .
Que vengo cansado de buscar la vida . . .
Abreme María , ay , ay , ay . . .
Hasieran
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