sábado, 9 de enero de 2016

Sephardic. Altas ventanas


Sinagoga de Córdoba.



Entre todos los grupos étnico-culturales que conforman el pueblo judío, ocupan los sefardíes una posición especial, tal vez porque han sido, en su historia, un puente intercontinental: su antiguo origen, en el Medioevo europeo, y más tarde, en su segunda diáspora, dispersos alrededor del Mar Mediterráneo. Tal vez ese errar llevando y cuidando con celo y orgullo un patrimonio que traían desde la España que les había expulsado resultó en un grupo especial entre las diásporas judías, y muy consciente de serlo, de poseer una dualidad en la cual se articulan los dos componentes representados por las dos profundas raíces: la tradición hispánica que llevaban desde España y la tradición judía que les acompaña desde su fe. 
Cinco siglos han transcurrido desde que los judíos expulsados de España por el edicto real de 1492 se dispersaron alrededor del Mediterráneo, estableciéndose en especial en dos áreas: la una, entonces bajo el dominio otomano (luego desmembrado en lo que hoy son Turquía, Grecia, Bulgaria. Bosnia, Serbia y Croatia) y la otra, el norte del actual Marruecos. Su denominación “sefardí” proviene del topó- nimo “Sefarad”, mencionado en la Biblia en el versículo 20 del libro del profeta Abdías, adjudicado a España .
En las comunidades que establecieron en su nueva diáspora, los judíos sefardí- es preservaron no solamente la memoria de la España medieval, sino tambien su organización comunitaria y su cultura. Muy especialmente mantuvieron los sefardíes la lengua que hablaran en las distintas regiones de la Península Ibérica donde habitaran antes de su éxodo. De estas lenguas se preservaron entre los sefardíes ciertos rasgos lingüísticos - desinencias verbales y aspectos morfológicos - que caracterizan al Judeo-español, incluyendo el uso de términos arcaicos y de expresiones que son hoy obsoletas. Estos rasgos pueden apreciarse en especial en el repertorio de romances como los que se presentan aquí. En las Coplas en especial (pero no exclusivamente) es frecuente el uso de palabras hebreas, a veces no muy claras porque sus usuarios no siempre las entendían ni tenían conciencia de que fueran términos hebreos. Durante los cinco siglos de la diáspora sefardí se incorporaron al Judeo-español términos tomados de las lenguas habladas por los pueblos con los cuales los judíos sefarditas convivían: especialmente en el Cancionero y en las Coplas puede observarse el uso de términos del turco y del griego, y en Marruecos, del árabe y del bereber. En ambas áreas, más tarde, también préstamos del francés y del italiano. En Marruecos hubo un reencuentro con la lengua española moderna y con el repertorio peninsular, en especial desde la conquista de Tetuán por las tropas españolas, en1860. Más fuerte aún fue el contacto durante el Protectorado español en el Norte de Marruecos, desde 1912 hasta 1956. Es por estas razones que  entre los romances que cantan los sefardíes marroquíes hay algunos que fueron importados de España durante dicho tiempo. El impacto de este contacto sobre la lengua hablada, el Judeo-español llamado haketía, fue muy fuerte y causó una rehispanización de la lengua de los judíos, rasgo que caracteriza también su repertorio poético-musical.
Aclaremos, entonces, que tres son los géneros poético-musicales que componen el repertorio sefardí: los romances, las coplas y las cantigas. La definición de los géneros se basa en varios parámetros: 
1. la estructura textual, es decir, la versificación y rima del poema, 
2. la estructura de la música, es decir, las carácterísticas melódicas, rítmicas y formales ,
3. la temática del texto, inclusive su ubicación en el tiempo, es decir, su connotación histórica, 
4. el aspecto lingüístico, es decir, la fonología, morfología, la sintaxis y el léxico del poema,
 5. la ocasionalidad, es decir, la función social que cumple en el ciclo de la vida, en el ciclo anual, etc.
y 6. la ejecución musical, solo/en grupo, con o sin acompañamiento instrumental, si pertenece al repertorio masculino o al femenino.
 En cada caso, las características en cada uno de estos parámetros nos permiten definir si se trata de un romance, una cantiga o una copla sefardí. 

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