Esta es cómo Santa María acrecentó el vino en un tonel,
por amor a la buena dama de Bretaña.
"Como Dios hizo vino del agua ante el antetriclinio,
así después su Madre acrecentó bien el vino."
De esto diré un milagro que hizo en Bretaña,
por una dueña muy sin malicia, que Dios
había dotado de buenas costumbres y de habilidades,
y que quiso ser de ella como un buen vecino.
Sobre todas las bondades que tenía,
resaltaba que confiaba mucho en Santa María,
y con eso, le evitó el avergonzarse ante el rey,
que de camino, paraba en su casa.
La dueña, por servirlo, anduvo muy ajetreada,
y le dio carne y pescado, y pan, y cebada,
pero de buen vino, para él, estaba muy escasa,
porque no tenía sino un poco en un barrilillo.
Se le doblaba la cuita, que aunque quisiese tenerlo,
no era tierra aquella en cual lo hubiese,
ni por dinero ni por otra cosa que diera (ni lo hubiera),
sino fuese por la Madre del Viejo y Niño
Y con esta esperanza se fue a la iglesia
y dijo: "Ay, Santa María; tu merced hace
que me saques de esta vergüenza tan grande,
si no ya no podré vestir ni lana ni lino."
De inmediato la oración de la dueña fue oída
y el rey, con toda su compañía,
fue servido de buen vino, y en la bodega no faltó,
que lo hallaron en abundancia, el rico y el pobre.
por amor a la buena dama de Bretaña.
"Como Dios hizo vino del agua ante el antetriclinio,
así después su Madre acrecentó bien el vino."
De esto diré un milagro que hizo en Bretaña,
por una dueña muy sin malicia, que Dios
había dotado de buenas costumbres y de habilidades,
y que quiso ser de ella como un buen vecino.
Sobre todas las bondades que tenía,
resaltaba que confiaba mucho en Santa María,
y con eso, le evitó el avergonzarse ante el rey,
que de camino, paraba en su casa.
La dueña, por servirlo, anduvo muy ajetreada,
y le dio carne y pescado, y pan, y cebada,
pero de buen vino, para él, estaba muy escasa,
porque no tenía sino un poco en un barrilillo.
Se le doblaba la cuita, que aunque quisiese tenerlo,
no era tierra aquella en cual lo hubiese,
ni por dinero ni por otra cosa que diera (ni lo hubiera),
sino fuese por la Madre del Viejo y Niño
Y con esta esperanza se fue a la iglesia
y dijo: "Ay, Santa María; tu merced hace
que me saques de esta vergüenza tan grande,
si no ya no podré vestir ni lana ni lino."
De inmediato la oración de la dueña fue oída
y el rey, con toda su compañía,
fue servido de buen vino, y en la bodega no faltó,
que lo hallaron en abundancia, el rico y el pobre.
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