jueves, 29 de diciembre de 2016

049 Cantigas de Santa María. Soissons


Abbaye Saint Jean des Vignes





Esta es cómo Santa María guió a los romeros que iban a su iglesia a Soissons y erraron de noche el camino. "Así como a los que van por el mar los guía la estrella, también a los suyos viene a guiarlos Santa María." Porque Ella nos va a demostrar cómo hemos de guardarnos del demonio y del mal obrar, y cómo por ello ganaremos su Reino, que no tiene par y que perdimos por doña Eva, que cayó en el error por su gran locura.
Y además, nos socorre aquí, en las grandes angustias, que de continuo pasamos, según bien sé y oí, porque he visto a muchos hombres y mujeres a quienes Ella acudió así, de noche y de día. Y, según he oído decir, una gran multitud de romeros pudieron salvarse, en una vasta montaña, en la que se habían extraviado, con extraña angustia, porque oscureció y perdieron el rumbo. Y, aparte de esto, tenían, en sus corazones, un miedo enorme, mortal, porque andaban ladrones, por allí, haciendo mucho mal; por ende hicieron todos sus oraciones, sin más, cada uno como sabía, y, llamando a la Madre de Dios, como es nuestra costumbre, para que diese al olvido las quejas contra sus pecados, pronto vieron una gran luz, y dijeron: "Ay, Señora, aún somos tus hijos." Y en aquella luz vieron entonces una mujer muy bella de cuerpo y de facciones, que les pareció como una doncella, pero no estaba sentada en una silla, sino que tenía en la mano un bordón que resplandecía. Y, cuando llegó la doncella, iluminó con su luz todas aquellas montañas; y, luego, llevó derechamente hacia Soissons a todas aquellas gentes y las guió por tierras desconocidas, a salvo, como quien podía hacerlo.





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