Por tanto, quiero referiros un milagro que oí y con el cual tendréis placer, oyendo también para que podáis saberlo, el gran bien que, como he aprendido, hizo la Virgen a un buen religioso. Este sabia leer poco, como oí contar, pero sabía querer bien a la Virgen sin par, y por ello compuso y juntó cinco salmos para que creciese su loor, de lo que era deseoso. De los salmos fue a escoger cinco, por esta razón, y unirlos en uno, por las cinco letras que hay en el nombre de María, para alcanzar de Ella tal galardón que pudiese ver a su piadoso Hijo. Quien observare y escudriñare estos salmos hallará que allí están el "Magnificat", el "Ad Dominum" y el final del "In convertendo" y "Ad te", y después "Retribue servo tuo" muy humildemente. Para tener el bien de Dios, iba siempre, sin falla, a cantar estos salmos todos los días -sin mentira- ante el altar y a postrarse todo y arrepentirse del mal que mereciera cuando era loco y astroso. Esta costumbre mantuvo mientras vivió en el mundo, pero, después, cuando hubo de morir, en la boca le apareció un rosal, que vieron que tenía cinco rosas, y creció porque había bendecido a la Madre del Poderoso.
Tablatura para guitarra
No hay comentarios:
Publicar un comentario