lunes, 18 de junio de 2018

161 Cantigas de Santa María




Un hombre de Morella hacía frecuentes peregrinajes al santuario de la Virgen en Salas. Siempre llevaba consigo una imagen de la Virgen para protegerlo de cualquier daño.
 El único activo del hombre era un viñedo, que atendía con la ayuda de su esposa. Un día de agosto, se levantó una tormenta y el hombre oró a la Virgen para que perdonara su viña.
 Mientras oraba, colocó la imagen de la Virgen en medio de las vides. El granizo golpeó los viñedos vecinos, pero el suyo no sufrió daños.
Incluso los zarcillos de las enredaderas que corrían desde su propiedad a los alrededores quedaron intactos. La Virgen escuchó las oraciones del hombre que hizo muchas peregrinaciones a su santuario en Salas.



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