lunes, 30 de julio de 2018

168 Cantigas de SantaMaría







Esta es cómo una buena mujer de Lérida tenía a su hijo muerto en los brazos y lo irguió en alto hacia Salas y lo resucitó Santa María.
 "En todo lugar tiene poder la Virgen para quien quiere valer." Su Hijo, Dios, Hombre y Rey, le dio poder, como os diré, para hacer siempre el bien; y sé que no le falta para ello el querer. Es tan sabia en su sabiduría que, desde donde se asienta, con su Hijo, a fe que muestra, de muy lejos, lo que alcanza su saber.
Y de esto, en Lérida, mostró un milagro que me contó un clérigo que lo halló escrito y me lo trajo. El milagro fue así: una mujer que moraba allí perdió a sus seis hijos, en poco tiempo. Del último que murió tuvo gran cuita por él que, a poco más, enloquece, y se puso a decir así: "Ay, Madre de Nuestro Señor, aunque yo soy pecadora, dame vivo este hijo menor, si te place hacerlo."
 Y dos días lo tuvo entonces llorando, muy de corazón, y rogando muy devotamente en espera de su favor. Y cuando vio que no resucitaba lo subió a un terrado y decidió levantarlo dirigido hacia Salas. Y, tan pronto como lo hizo, la Reina de gran prez se lo resucitó y hizo que reviviese en sus brazos. Y luego la mujer, sin tardanza, fue a mostrárselo a las gentes que comenzaron a loar y a bendecir a la Virgen.



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