El cristiano cautivo juró que si él era puesto en libertad, haría una peregrinación a Santa María de Salas trayendo regalos generosos, incluyendo una estatua de cera de ella.
La Virgen dejó al cautivo somnoliento y se durmió. Ella se le apareció en una visión y le dijo que se levantara y saliera de la prisión.
Ella desabrochó la cerradura y lo liberó de sus ataduras. Ella le dijo que sus pecados fueron perdonados.
El hombre se despertó y descubrió que había sido liberado.Fue a Salas con la estatua de cera. Todos se maravillaron del milagro.
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