Un hombre llamado don Tomé de Elvas se ganaba la vida llevando cosas al mercado sobre sus bestias. Pensó que su esposa le era fiel, pero estaba equivocado.
Cuando él estaba fuera por negocios, ella se acostaba con otros hombres. Un día la encontraron apuñalada. Sus familiares sospechaban que su marido la había asesinado y se había ido.
Cuando regresó a Elvas, intentaron arrestarlo, pero él huyó a la frontera. Se instaló en Badajoz y decidió ir a Terena en peregrinación. Estaba seguro de que la Virgen lo protegería de su arresto, ya que la acusación era injusta. Rogó a la Virgen que tuviera piedad de él y lo defendiera.
A su regreso a Badajoz, se encontró con sus enemigos, pero la Virgen les impidió verlo. Aún con la esperanza de encontrarlo, se fueron a Terena. En una orilla del río, vieron al diablo bajo el disfraz del hombre. Los persiguieron, y uno de los hombres trató de golpear al diablo con una lanza.
Golpeó un roble en su lugar, y cayó con su montura en un barranco donde quedó gravemente magullado. Cuando los hombres regresaron a Elvas, se reveló el truco del diablo.
Comprendieron que el hombre que habían declarado culpable era inocente y le pidieron perdón.
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