martes, 10 de marzo de 2020

246 Cantigas de Santa María







Alcázar de San Juan (Ciudad Real )

"La que abrió las puertas del Cielo para salvarnos tiene poder para abrir y cerrar las de este mundo." Os diré un milagro de esto, según he sabido y creo, que le ocurrió en Alcázar a una mujer muy buena cristiana que vivía allí y confiaba en la Virgen más que en nada.
 Por amor a la Virgen iba siempre en sábado a una iglesia suya a orar y llevarle una ofrenda; pero un sábado, por sus muchas ocupaciones, se le pasó y, ya tarde, se dió cuenta de su falta y, arrepentida, fue a la iglesia con idea de entrar.
 Pero como estaba lejos del pueblo, cuando llegó a ella halló las puertas cerradas y se puso a rezar afuera y comenzó a llorar. Terminado su rezo vio las puertas abiertas y maravillose de ello pues no vio que nadie las abriera. Fue hacia el altar y depositó allí su ofrenda. Luego se marcho y vió cómo se cerraban las puertas tras ella y, con espanto, retornó al pueblo a toda prisa.
 Y cuando llegó a sus puertas las halló cerradas, con lo que, ¡por San Dionisio! se acongojó mucho, pero se encomendó entonces a la Virgen que las abrió.
 Y se le apareció una hermosa y noble señora que la tomó de la mano y la metió en el pueblo y la llevó a su casa con gran contento suyo, pero antes de llegar a ella, le preguntó: "¿Quién sois, señora, que tanto bien hicisteis a una pobre mujer como yo?"
 Y ella, con gusto, respondió: "Soy quien socorre en sus cuitas a quienes me necesitan, la que Dios eligió para encarnarse."
 Cuando la buena mujer oyó esto se echó a los pies de la señora para besárselos, pero ésta desapareció, dejándola muy desconsolada. Entró en su casa y al día siguiente fue a contar lo sucedido a todo el mundo.



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