lunes, 1 de junio de 2020

258 Cantigas de Santa María




Cómo Santa María hizo crecer la masa que una mujer buena preparó para hacer pan.
 "Aquella que vio cómo su Hijo saciaba a cinco mil hombres con cinco panes puede acrecentar lo que quiera."
 Y de esta misma razón voy a contaros un milagro que hizo Santa María en Provenza, tal como lo hallé escrito entre otros muchos, y así os lo contaré, pues sé que os satisfará grandemente si lo escucháis.
 En aquella tierra, según oí, hubo un año de mucha escasez. Una mujer muy buena que amaba más que a sí misma a la Virgen Santa María y, por lo que sé, daba limosna por amor suyo a quien se la pedía con la mejor voluntad y, a los pobres, comida de la que tenía, según sus posibilidades, por lo cual mandaba hacer mucha harina con la que poder cocer más tarde pan hasta hartarlos, en aquel año tan malo consumió pronto todo el pan que pudo comprar más el que coció de su cosecha, y cuando ya lo había agotado acudieron a ella unos pobres muy hambrientos a pedirle limosna, como solían.
Ella estaba amasando pan en ese momento y, sin pensárselo, les dio toda la masa que había preparado, sin quedarse nada para sí. Mientras amasaba había mandado a un hijo suyo que calentase bien el horno; éste lo hizo así y cuando estuvo bien caliento avisó a su madre para que llevase a él los panes, y ésta, avergonzada, confesó al hijo: "Por Dios, toda la masa que tenía se la di ya a los pobres por amor de la Santa Virgen, que es la luz de estos ojos míos, para que haga que Dios perdone mis pecados."
 Al oír esto, el hijo se le quejó abiertamente y la madre, muy apurada, se volvió corriendo a toda prisa adonde había tenido la masa que había donado y se encontró con que no había menguado nada en absoluto. Sen santiguó y vais a saber lo que hizo luego: salió a la calle llorando y alabando a la gloriosa Madre de Jesucristo por su generoso y gran milagro, con lo que hizo llorar a todos. Y, llorando, loaron entonces a la Madre del Salvador por el hermoso prodigio que había obrado por el amor de aquella mujer que le servía, y, junto a sus grandes loores, depositaron ricas ofrendas sobre su altar.





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