sábado, 30 de noviembre de 2019

232 Cantigas de Santa María


Villahizán de Treviño.

En Treviño, había un caballero que era cazador. Tenía un azor que mataba a todo tipo de pájaros y volaba con una gracia y velocidad incomparables.
 Un día, cuando el caballero estaba cazando perdiz, perdió el azor. Lo buscó todo el día y envió a sus hombres a buscarlo, pero no se pudo encontrar.
El caballero estaba tan molesto por esto que lloró y pensó que se volvería loco. Buscó el pájaro durante cuatro meses y finalmente hizo una imagen de cera a su semejanza. Llevó la imagen a Vilasirga y la colocó en el altar, rezando a la Virgen.
 Cuando regresó a casa, descubrió al pájaro sentado en su percha acostumbrada. Se postró en el suelo, alabando a la Virgen. Luego tomó el halcón en su mano.












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