viernes, 16 de octubre de 2020

275 Cantigas de Santa María

 



 

 Dos frailes hospitalarios del convento de Moura fueron afectados por la rabia. Se enfurecieron y se agarraron el uno al otro ya cualquiera que pudieran agarrar. 
Para someterlos, la gente los amarró bien con una cuerda muy fuerte. Luego, esperando que la Virgen los curara, los llevaron a Terena. Los guían con dificultad, porque mordisquean como perros. Los llevaron al otro lado del río Guadiana y entraron en Portugal.
 Cuando el primer fraile llegó a la cima de la colina, miró a su alrededor y vio a Terena, acurrucada en el valle más adelante. Pidió ser liberado y dijo que podía ver a la Virgen y estaba seguro de que la había curado de la rabia. Pidió un trago de agua. El otro fraile dijo lo mismo cuando vio la iglesia. 
También se sintió curado de la rabia y le dieron un trago de agua de manantial. Una vez que terminaron de beber, partieron de inmediato hacia Terena para completar su peregrinaje. Cada uno de ellos ofreció regalos a la Virgen y encendió velas largas, que colocaron ante el altar de la Virgen.





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