jueves, 17 de marzo de 2011

José Escobar por MLP.


Gestado y parido en la década de los 40 he mamado y he padecido las carencias de una posguerra que ha durado demasiado.
En el seno de una familia obrera, humilde, honrada y trabajadora fui creciendo enfermizo y tímido.
Mi infancia no difiere en demasía a la de muchos otros, voy a una de aquellas escuelas del nacional-catolicismo del franquismo. Aquellas escuelas que fueron un eficaz método de adoctrinamiento político. Aquellas escuelas que constituían la piedra angular de la propagandística de un régimen que decía emprender el camino del resurgimiento imperial de España.
Aquellas escuelas en la que se nos enseñaba la sumisión, el respeto, la obediencia pasiva a toda clase de autoridad y en que las mujeres debían ser abnegadas, sumisas, piadosas, puras, castas, y hogareñas en la España de platillo y pandereta.
Aquellas escuelas donde había que propiciar el desarrollo del niño en un ambiente de densa espiritualidad. Fueron años de profundo fervor religioso, a la obligatoriedad de la enseñanza de la religión, se sumaba la imposición de un sinfín de prácticas piadosas, "misas, primeros viernes, rosarios, viacrucis, ejercicios espirituales, meses de María, sabatinas, jaculatorias, himnos de Acción Católica, ofrendas de desagravio al sagrado corazón,...", que inundaron la escuela en aquellos primeros años cuarenta en que "a los niños descalcificados de la posguerra -atestiguaba Francisco Umbral- nos dolían las rodillas de estar tanto tiempo arrodillados, en las losas, rezando y cantando."
Aquellas escuelas en las que nos teníamos que aprender de memoria, de carretilla, las obras de misericordia, los frutos del Espíritu Santo, y la lista de los Reyes Godos. La que decía: "Los Reyes Godos fueron 33, pero los más famosos fueron 4: Ataúlfo, Recaredo, Wamba y Don Rodrigo"...
Sin embargo, podíamos evadirnos a un mundo fascinante y misterioso lleno de aventuras emocionantes, donde la épica era el condimento esencial. Teníamos Tebeos.
Los tebeos tuvieron una presencia prominente en la España franquista. Fuente de mitos y de una fuerza financiera de enorme envergadura cuyo influjo abarcó todas las áreas del paisaje cultural español.


Memorias de mi infancia
"José Escobar Saliente

Como fuente imprescindible para el acercamiento a la historieta en esos años y a la revista Pulgarcito en particular, un punto de referencia casi obligatorio lo constituyen los condicionamientos sociales y políticos y, particularmente, la censura con el control sistemático de toda expresión cultural efectuado bajo la dictadura franquista. La censura franquista fue ideada para completar el proceso de eliminación total -física y espiritual- de los adversarios de un régimen político y los grupos sociales que éste representaba.
El franquismo se sentía obligado a guiar a la nación que mediante la sublevación y la guerra había puesto bajo su custodia, hacia una ideología, una moral y una estética concordantes con el bien que pretendía encarnar, respaldados por una Iglesia católica para la que la sublevación del 36, fue la señal para lanzar una agobiante cristianización del país.
Las publicaciones fundadas por la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda y por grupos falangistas ligados al Estado, son las que están más y mejor estudiadas hasta ahora, cosa que no sucede con las publicaciones humorísticas pese a la importancia que tuvieron en la vida cultural del momento.

Hace falta tener en cuenta el clima agobiante de una cultura dominada y manipulada por este «nacionalcatolicismo» para apreciar justamente el significado de los, aparentemente, tan modestos esfuerzos realizados por las revistas humorísticas. En primer lugar, conviene destacar que la creación de una revista era tarea difícil y en la práctica hecho imposible por una serie de preceptos legales. A fin de solucionar este problema, se solía recurrir a publicaciones o meros nombres ya existentes para ir modificando luego su contenido.Hay quienes atribuyen el éxito que la historieta humorística tuvo en España en la década de los
cincuenta a las lagunas informativas de una prensa bajo censura. O, matizando esta idea, a que la historieta se convirtiese en "válvula de escape" para las frustraciones sociales reprimidas.El hecho es que los historietistas españoles, -por el hecho de que su público no dispone de medios de información veraces respecto a los problemas con que se enfrenta el país- responden a esta carencia trazando un cuadro lo más justo y equitativo posible de la realidad que contemplan. Este dificultoso trabajo parece haber sido una experiencia común en la generación de historietistas humorísticos de posguerra. No cabe ninguna duda de que en Pulgarcito los autores lograron superar, por lo general, el escollo de la censura, Si bien, sus historietas reflejan con cierta dureza la injusticia social, ésta está reflejada sin latiguillos, objetivamente sin color alguno.
Quizá no se puede entender cuanto decimos sin la memoria de la dolorosa posguerra. La terrible represión y por el hambre y la miseria. Los efectos de este dolor acumulado fueron enormes sobre muchísimas personas, especialmente vencidos, pero también vencedores.
Soy un niño, estoy sentado en un peldaño de la escalera que vive Siscu, meriendo una rebanada de pan untado con aceite. Estoy solo, supongo que mis amigos se fueron a sus respectivas casas a reclamar también la merienda.
Ya son pocos quienes recuerdan a Carpanta, Zipi y Zape, Petra criada para todo, etc. Personajes de papel en nuestra infancia.
Cada semana se esperaba con ansia la nueva entrega de Zipi y Zape. ¿Cuál sería la última travesura de los dos gemelos?, ¿lograría comer Carpanta?…
En España, al igual que en el resto del mundo, el noveno arte empezó hace más de un siglo, solo que en lugar de librerías especializadas los tebeos so compraban en los Kioscos. Estas publicaciones que tan feliz hicieron nuestra infancia siempre serán recordadas en un rincón de nuestro corazón. Los tebeos conjuntamente con los álbumes de cromos se convirtieron durante bastante tiempo en uno de los mayores éxitos editoriales de nuestro país debido a la gran variedad de temas. Hoy nos enternecen y llenan de re cuerdos la memoria de quienes vivimos aquellos tiempos. Ayudan a entender el pasado y a recordarlo.
José Escobar, es uno de los autores, perteneciente a la promoción de historietistas que procuraron la superación de la narrativa gráfica humorística desde la visión critica de la realidad española que les tocó vivir. Una etapa difícil y contradictoria del arte y la cultura en España.
Escobar creó un pequeño gran universo de personajes, que aún hoy siguen aportando elementos y enriqueciendo los hallazgos al rico mundo de este autor, sin duda, uno de los más originales y evocadores de la historieta infantil española. Sus personajes, están definidos con la transparencia de una acuarela, tienen una sólida entidad desde el inicio de su existencia. Escobar los va construyendo a través de lo que hacen y dicen; pocas veces se detiene a realizar una descripción minuciosa o una caracterización exhaustiva, pero la realidad es que el lector termina sabiendo perfectamente cómo es cada uno. Su narrativa es concisa, breve y sugerente. En sus historietas, principalmente las comprendidas entre los años 1947 a 1956, destacan una intensa carga testimonial y permite, sin duda, configurar un amplio cuadro de la posguerra española.
La adaptación coyuntural de sus personajes a las circunstancias de la posguerra española es el gran acierto y el gran mérito de José Escobar que en otro caso no hubiera alcanzado su carácter testimonial.
Queda José Escobar, para la historia de la narrativa gráfica humorística, como uno de los autores que mejor tejía historietas y que con más solidaridad miraba a la gente.

Manuel López



1 comentario:

  1. Amigo Manuel.
    Tu me conoces y sabes que a mi no me gustan los tebeos humorísticos, pero e de reconocer que eres un genio escribiendo te felicito por este escrito, y nos vemos el martes para hablar de el Guerrero de el Jabato o de El Puma

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