domingo, 16 de octubre de 2016

035 Cántigas de Santa María






Un incendio incendió la iglesia de Lyon du Rhône. Todo fue destruido, excepto algunas reliquias de la leche y del cabello de la Virgen.
Los sacerdotes, que necesitaban dinero para reconstruir la iglesia, tomaron las reliquias en gira. El maestro Bernaldo, el decano y otros sacerdotes llevaban las reliquias por toda Francia y éstas realizaban muchos milagros. Para llevar las reliquias a Inglaterra, los sacerdotes abordaron un barco propiedad de un hombre llamado Colistanus. Muchos comerciantes ricos también abordaron el barco y lo cargaron con mercancías.
El tiempo estaba bien, pero los piratas perseguían el barco. Cuando el capitán vio a los piratas ordenó que las reliquias se sostuvieran en alto. Cuando el Maestro Bernaldo sacó las reliquias, los ricos comerciantes hicieron ofrendas de tela, oro y plata, pidiendo a la Virgen que las salvara.

Las seis galeras siguieron acercándose y rodeando el barco, pero el Maestro Bernardo, sosteniendo las reliquias en alto, desafió al almirante diciendo que defenderían el barco. El almirante se burló de él y ordenó que dispararan flechas, pero un viento subió y volcó las galeras del pirata.
La galera del almirante estaba partida en dos. El mástil, que le golpeó, le golpeó tan fuerte que sus ojos salieron y cayó al mar. Las otras galeras fueron sopladas lejos por un viento meridional. La gente del barco avistó a Dover y supo que habían sido salvos. Los mercaderes recogieron sus pertenencias, incluyendo las que acababan de ofrecer a las reliquias. Ignoraron el milagro que la Virgen había realizado para ellos.
El Maestro Bernardo protestó y acordaron regresar y dar una parte de sus ganancias después de haber completado su negocio. Los comerciantes, de Flandes y de París, compraron lana y dejaron Dover en un barco antes del amanecer. Cristo, queriendo vengar a su madre, hizo un rayo golpear su nave y quemar toda la lana, aunque nada más fue dañado. Al ver este milagro, los comerciantes regresaron a las reliquias y dieron donaciones a Bernardo. Los reprendió, pero sólo aceptó un tercio de lo que ofrecían.







No hay comentarios:

Publicar un comentario