Un caballero estaba dedicado a la Virgen y la amaba profundamente. Un día, perdió un juego de dados y comenzó a maldecir a Dios y a la Virgen.
Después de haber dicho estas cosas, las arrepentía profundamente. Llorando, se cortó la lengua con un cuchillo. Fue a su alojamiento y se acostó en la cama con gran dolor.
Rezó a la Virgen para que lo perdonara. Se durmió y la Virgen se le apareció. Ella prometió sanarlo porque él confiaba en ella y había mostrado remordimiento.
Ella puso su mano en su boca y sanó su lengua. Estaba tan bien que nunca volvió a sufrir dolor en la boca, la lengua o los dientes
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