Yo no había visto nunca
subir un río de luz
por una cuesta de tierra ,
hasta que subiste tú ,
río de luz del saciar ,
a este lado de inquietud .
¡ Qué vientos por las orillas ,
qué caídas de lo azul ,
qué verdes llenos de chispas ,
qué olores a juventud !
Todo eterno , aunque lo hundieras ,
río , subiéndolo , tú .
¡ Trayéndolo tú hasta mí !
Y en mí ,tu ardiente virtud
se remansaba lo mismo
que en su lugar de trasluz .
Una infinitud de fuente
saciaba mi plenitud .
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ .
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