Cómo una mujer pobre dio su oveja a guardar a un ovejero, y cuando llegó el trasquilado de las ovejas, el pastor dijo que la había comido el lobo. Entonces la oveja baló donde estaba y dijo: Aquí estoy, heme acá.
"La Madre del que hizo hablar a la bestia de Balaam puede también hacer, Ella, que, por una vez, hable una oveja.
" Esto hizo Santa María por una mujer que le servía de buena gana, como aquel que bien quiere servir, y, por ello, un día le valió cuando le fue menester, y mostró allí un milagro que no fue pequeño.
Esta mujer desgraciada compró una ovejita con todo cuanto pudo ahorrar y se la dio en seguida a guardar a un pastor, y cuando llegó el tiempo de trasquilarla fue a pedirle la lana para venderla por su precio.
Pero el astroso pastor escondió la oveja y, hombre codicioso, dijo: - "Se la comió el lobo." La vieja lo tuvo por mentiroso, y le creció tal angustia por su oveja, que se puso negra como la pez.
Y dijo: - "Ay, Gloriosa, dame mi oveja, porque Tú tienes poder para hacerlo." Y allí donde yacía la mezquina oveja dijo: - "¡Heme acá!" "¡Heme acá!"
Y así deshizo este engaño la Virgen. Y la vieja, muy presto, trasquiló la oveja, se puso en camino, y anduvo cuanto más pudo, con su vellocino a cuestas, y llegó a Rocamador diciendo: - "Esto hizo la Virgen que siempre da su amparo."
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