domingo, 27 de octubre de 2019

227 Cantigas de Santa María. Quintanilla de Onsoña






Había un escudero de Quintanilla de Onsoña que iba todos los años a VillaSirga para la fiesta de la Virgen en agosto.
 Cuando estaba en guerra en Sevilla, el enemigo lo capturó. Mientras yacía cautivo, rezó a la Virgen de Villasirga para liberarlo y protegerlo del daño. Cuando llegó la fiesta de la Virgen, la recordó y lloró.
 Su captor le preguntó por qué estaba tan abatido. Al escuchar su respuesta, se enojó y ordenó a uno de sus moros que lo azotara. Fue azotado sin piedad y arrojado a un calabozo. Al escuchar su respuesta, se enojó y ordenó a uno de sus moros que lo azotara.
 Fue azotado sin piedad y arrojado a un calabozo. El escudero siguió rezando a la Virgen y ella se le apareció. Ella rompió sus ataduras y pudo pasar a escondidas a los moros que estaban ocupados rezando. El escudero, que llevaba parte de los hierros que lo habían atado, fue directamente al santuario de Villasirga cerca de Carrión. Entró en la iglesia y contó su historia a todos.


Quintanilla de Onsoña









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